"Strangers" comienza con un prólogo antes de los créditos iniciales inusualmente largo, en el que los protagonistas se toman un respiro en su huida de Terminus para perdonarse pasados pecados, curar viejas heridas y forjar algo parecido a lazos de amistad y compañerismo donde aun no estaban establecidos. Y de eso trata básicamente este segundo capítulo de esta flamante quinta temporada, un episodio sin tantos sobresaltos como el anterior pero en el que queda muy patente que el peligro que suponían los hospitalarios habitantes de Terminus está aun lejos de ser un recuerdo. A partir de aquí, spoilers.
El episodio, escrito por el propio Robert Kirkman, supone una vuelta al esquema clásico de la serie, con todo el grupo reunido de nuevo en su viaje/huida. Como ya he dicho al principio, este episodio da un respiro tanto a los protagonistas como al espectador tras el espectacular e intenso capítulo anterior, en el que pareció quedar zanjado el asunto Terminus. Pero lo que Kirkman ha pretendido en el capítulo ha sido dar carpetazo a algunas cuestiones que quedaban sin resolver entre los protagonistas.
Por un lado tenemos a Carol y como ha afectado su vuelta al grupo, sobre todo en lo que respecta a Rick, precisamente la persona que la desterró de la prisión y que ahora le debe su vida y la de todos el grupo. Tyreese ya hace tiempo que la perdonó y, según lo visto en el capítulo y por las palabras de este, el resto del grupo que sabe lo que hizo en la prisión parece que también. Daryl parece ser el único, quizás por su cercanía a ella, que sabe que algo no está bien con ella, como la escena en la que la descubre intentando poner en marcha a escondidas y de noche el automóvil que habían encontrado los dos horas antes. Obviamente, parece claro que Carol intentaba marcharse, pero ¿por qué?
Otro de los ejes del capítulo ha sido la relación amorosa entre Bob y Sasha, la hermana de Tyreese. Obviamente, los momentos edulcorados entre estos dos y la inevitable escena en la que Sasha le salva el pellejo a Bob de ser mordido por un caminante subacuático solo nos preparan para lo peor, algo que se desvela en una impactante escena final. Por cierto, dicha escena en la que Bob descubre horrorizado que es su pierna la que están degustando Gareth y otros supervivientes de Terminus me recordó poderosamente a series como Hannibal o un viejo cómic de horror de los 70 en el que un rockero descubría que un par de groupies descerebradas le habían cercenado las piernas para que no huyera de ellas.
La nueva incorporación a la serie es el padre Gabriel, un sacerdote que es rescatado de las fauces de unos caminantes por Rick y los otros. Gabriel esconde algo, y Rick lo sabe, y vemos señales que lo demuestran (esos cortes y la inscripción en las ventanas de la iglesia, el negarse a usar armas, su reacción ante cierta caminante con gafas...). Rick, una vez mas, debe aleccionar a su hijo Carl para que permanezca alerta y no baje la guardia, ya que está claro que Gabriel está ocultando algún secreto. ¿Cual es ese secreto?
Aunque el episodio comenzó con el grupo reunido de nuevo, vemos como al final se parte de nuevo, con Daryl y Carol montando en un coche para perseguir al misterioso automóvil negro con la cruz pintada que se llevó a Beth, o el pobre Bob en las garras (y en las fauces) del psicópata Gareth y sus caníbales. Por cierto, ¿qué hace Martin, el tipo que supuestamente mató Tyreese tras amenazar a la pequeña Judith, vivo y coleando? ¿Mintió Tyreese o solo le dio por muerto cuando no lo estaba?
"Strangers" ha supuesto una especie de remanso de paz relativo comparado con los sucesos del capítulo anterior, sin embargo, se vislumbran de nuevo nubarrones en el horizonte, como por ejemplo esa extraña presencia que vigila al grupo (¿Morgan?), el extraño llanto de Bob justo antes de ser raptado por Gareth (¿alguien vio la señal en el árbol?), o la actitud de Abraham y Rosita, que no parecen encontrar el momento para tomar una decisión que aun no se nos ha desvelado. Un sólido episodio, con menos acción y caminantes que en el anterior, pero que abre la puerta a mas problemas para Rick y su grupo.
TODOS ECHAMOS DE MENOS LA KATANA DE MICHONNE |
Otro de los ejes del capítulo ha sido la relación amorosa entre Bob y Sasha, la hermana de Tyreese. Obviamente, los momentos edulcorados entre estos dos y la inevitable escena en la que Sasha le salva el pellejo a Bob de ser mordido por un caminante subacuático solo nos preparan para lo peor, algo que se desvela en una impactante escena final. Por cierto, dicha escena en la que Bob descubre horrorizado que es su pierna la que están degustando Gareth y otros supervivientes de Terminus me recordó poderosamente a series como Hannibal o un viejo cómic de horror de los 70 en el que un rockero descubría que un par de groupies descerebradas le habían cercenado las piernas para que no huyera de ellas.
La nueva incorporación a la serie es el padre Gabriel, un sacerdote que es rescatado de las fauces de unos caminantes por Rick y los otros. Gabriel esconde algo, y Rick lo sabe, y vemos señales que lo demuestran (esos cortes y la inscripción en las ventanas de la iglesia, el negarse a usar armas, su reacción ante cierta caminante con gafas...). Rick, una vez mas, debe aleccionar a su hijo Carl para que permanezca alerta y no baje la guardia, ya que está claro que Gabriel está ocultando algún secreto. ¿Cual es ese secreto?
GABRIEL, UN TIPO MAS ACOSADO POR SUS DEMONIOS QUE POR LOS ZOMBIES |
Aunque el episodio comenzó con el grupo reunido de nuevo, vemos como al final se parte de nuevo, con Daryl y Carol montando en un coche para perseguir al misterioso automóvil negro con la cruz pintada que se llevó a Beth, o el pobre Bob en las garras (y en las fauces) del psicópata Gareth y sus caníbales. Por cierto, ¿qué hace Martin, el tipo que supuestamente mató Tyreese tras amenazar a la pequeña Judith, vivo y coleando? ¿Mintió Tyreese o solo le dio por muerto cuando no lo estaba?
"Strangers" ha supuesto una especie de remanso de paz relativo comparado con los sucesos del capítulo anterior, sin embargo, se vislumbran de nuevo nubarrones en el horizonte, como por ejemplo esa extraña presencia que vigila al grupo (¿Morgan?), el extraño llanto de Bob justo antes de ser raptado por Gareth (¿alguien vio la señal en el árbol?), o la actitud de Abraham y Rosita, que no parecen encontrar el momento para tomar una decisión que aun no se nos ha desvelado. Un sólido episodio, con menos acción y caminantes que en el anterior, pero que abre la puerta a mas problemas para Rick y su grupo.
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