BATMAN: ASILO ARKHAM, DE MORRISON Y MCKEAN. LA CRITICA

Este mes de junio se vuelve a reeditar en España la famosa novela gráfica Asilo Arkham, en la que el guionista Grant Morrison junto al dibujante Dave McKean (Sandman) intentaron ofrecer una obra aparte de lo que habitualmente encontramos en una historia donde Batman lucha contra sus villanos. La idea principal es que el protagonista verdadero fuera Arkham, la institución mental donde van a parar todos los curiosos personajes que Batman va cazando durante sus patrullas. Como se muestra en esta lectura, también tiene su historia.

PARTE DE LA PORTADA DE LA NUEVA EDICIÓN DE ASILO ARKHAM

Esta obra es un punto y aparte respecto a las demás. Ni pretende, ni es, comparable con el resto. Su atmósfera es absolutamente propia y diferente a lo que hayamos leído de Batman. A pesar de eso, los personajes que aparecen, como Batman, el Comisario Gordon, El Joker, y el resto de conocidos villanos de la cantera de Batman como Dos Caras, aparecen con su personalidad habitual, lo que tiene mucho mérito. El propio Morrison no ha sabido por ejemplo hacerlo en su Batman Inc., donde lo mejor que podemos decir de su Batman es que es un narcisita de libro.

Con el simbolismo añadido de que se produce el Día de los Locos en USA, el 1 de abril, un motín en Arkham encabezado por el Joker obliga a Batman a introducirse allí para intentar controlarlo. Paralelamente, conocemos la tremenda historia de Amadeus Arkham, el fundador del asilo (al menos en esta obra). Éste fue un buen hombre rodeado por la locura tanto por herencia, como por el ambiente que le tocó vivir.

EL DIBUJO DE MCKEAN ES EXTRAORDINARIO, PERO UNA LINTERNA NO VIENE MAL PARA LEER EL CÓMIC

Morrison no solo consigue que sus personajes viajen a la locura, consigue que también lo haga el lector. La sensación que produce la lectura de esta obra es de una angustia permanente. Se vive una dolorosa empatía con el sufrimiento de los habitantes de este mundo y no puedes evitar acordarte de aquellos que, en la vida real, se ven rodeados de estas circunstancias, en la que no hacen falta villanos enmascarados para sufrir los efectos de una enfermedad mental.

Pero todo lo anterior no podría haberse conseguido sin el dibujo de un genio como McKean. Es tan personalísimo, tan absorbente, que es inimaginable que esta historia hubiera causado ni la décima parte de la impresión que causa sin estas viñetas. A pesar de su oscuridad, McKean también juega con los colores, predominando tonos como el azul, o el verde, si lo considera necesario para dar más personalidad a los personajes y mas énfasis al momento. Para poder describir en toda su grandeza la calidad de este dibujante hay que haber estudiado bellas artes y, como no es mi caso, os dejo algunas muestras de sus ilustraciones para que opinéis por vosotros mismos.

LAS VIÑETAS SON TAN EXPRESIVAS QUE SE PUEDEN PERMITIR DIÁLOGOS ESCASOS... Y CASI NINGUNO

No porque su dibujo sea una obra de arte, de la que todo lo que digamos es poco, lo hace adecuado para la serie regular de Batman, pero sí para esta historia en concreto.

Como novela gráfica, resulta imprescindible si sois unos sibaritas del género. Aunque sea de 1989, no acusa para nada el paso del tiempo. Es más, gana con las relecturas. De todas formas, si esperáis una historia de Batman más convencional, no os la puedo recomendar. Hay que saber lo que os vais a encontrar si os hacéis con esta obra, ya que no es una lectura fácil, ni tiene a Batman de centro de la misma. Eso si, no la leáis un día que estéis tristes, porque es impactante y os puede dejar peor. En definitiva, una obra a la altura de su fama, que no es poca.