BATMAN: FORAJIDOS, DE MOENCH Y GULACY. LA CRITICA

En este tomo, que recopila una historia que ya se publicó en el 2000, con Paul Gulacy al dibujo y Dough Moench al guión, se nos plantea lo que sucedería en Gotham si alguien tomara en serio el problema de los justicieros que van por libre, como Batman y los suyos, y decidiera que ya era hora de dejar a la policía hacer su trabajo.

Aunque por la horrible portada no lo parezca, porque no invita nada a leer la historia, estamos ante un tomo que a mi al menos me ha gustado mucho. No puede negar que se escribió a principios de los 2000, pero no lo digo en absoluto en modo despectivo. Aunque el objetivo final es entretener, y lo consigue plenamente, también te hacen pensar. Se ve un tono algo más complejo de lo que estamos leyendo en estos tiempos, al menos algunas veces. Te hace plantearte cosas. Por ejemplo, damos por sentado que los superhéroes están bien, pero su injerencia en el día a día al margen de la ley no tiene por qué gustar a todos.

Aparecen entonces los Bloodhawk, una organización con amparo federal lideradas por un tipo, David Attle Redmun, decidido a liquidar a los justicieros de Gotham, poniendo en jaque a la batfamilia (Batgirl, La Cazadora, Oráculo, Nightwing, Tim... y casi que podríamos añadir a alguien más). La historia está muy bien contada, con un gran ritmo, buenos giros y muchos momentos de acción. Quien quiera leer paralelismos con hechos históricos, lo tiene fácil, encontrará similitudes con ellos y con varias teorias de conspiración: magnicidios, chivos expiatorios, poder en la sombra... Además, se plantean varias posturas en el tomo, y no tienes por qué estar de acuerdo con las decisiones que tome Batman, aunque sean coherentes con su personaje. No es que sea la primera vez que se plantean estos temas, pero no por eso deja de ser interesante.

Que aparezcan tantos personajes no ya de la batfamilia, sino de la policía de Gotham, enriquece la historia, y la aportación de Catwoman también se agradece mucho. No podemos negar tampoco que el villano es demasiado obvio, y no tiene un aspecto muy original, pero entra dentro de lo normal en los cómics.

Un guión trabajado que no busca grandes efectismos ni sorpresas, sino ofrecer una historia que te atrape lo suficiente como para que no puedas dejar de leer y que encima, te haya aportado algo al terminarla. El dibujo, de trazos gruesos pero trabajado, aunque sigue el estilo de la época, a mi me agrada mucho. Aunque la nostalgia influya algo en esta opinión, Gulacy es un gran dibujante y aquí lo demuestra. Muy recomendable y muy disfrutable este tomo, no os arrepentiréis si os hacéis con él.