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THE WALKING DEAD, EPISODIO 4X07 "DEAD WEIGHT". LA CRITICA

Hace unas semanas, los responsables de la cadena AMC nos sorprendieron con la noticia de que The Walking Dead tendría un spin off, protagonizado con un elenco de personajes distintos a los de la serie matriz. No sabemos aun ni donde transcurrirá esta nueva serie ni el marco temporal, aunque algunos hablan de que pudiera estar ambientada en los primeros días del estallido de la infección zombie. Pues bien, parece que los ejecutivos de la AMC han querido hacer un pequeño experimento acerca de como reaccionaría el público de la serie ante dos episodios en los que los protagonistas principales, el grupo de Rick se entiende, no aparecieran en ninguna escena. Y parece que el experimento no ha ido mal, ya que los dos últimos capítulos, protagonizados exclusivamente por El Gobernador (David Morrissey), nos han sorprendido gratamente. A partir de aquí, spoilers a mansalva.
VUELVE EL GOBERNADOR QUE ECHÁBAMOS DE MENOS
VUELVE EL GOBERNADOR QUE ECHÁBAMOS DE MENOS
En este capítulo, titulado "Dead Weight", algo así como "lastre" o "peso muerto", vemos como el rebautizado Gobernador, ahora Brian, y la familia de la que se ha hecho cargo, se unen al campamento liderado por Martínez (José Pablo Cantillo), su antiguo lugarteniente. Aunque Martínez decide olvidar hechos pasados, deja claro al Gobernador que quien está la mando ahora es el. Sin embargo, El Gobernador se da cuenta que el campamento que los acoge es algo muy precario dirigido por personas que no van a ser capaces de lidiar con una situación límite, como es seguro que sucederá tarde o temprano. A partir de ese momento, Brian decidirá tomar las riendas del asunto, por supuesto, de la manera a la que nos tenía acostumbrados El Gobernador.

El título del capítulo no ha podido estar mejor escogido. El Gobernador ve como pesos muertos a aquellos que dificultan la supervivencia del campamento con remilgos y decisiones basadas en la moral y la ética. En una situación límite como en la que están inmersos, matar antes que te maten y robar los suministros de los demás es la mejor opción para alguien como El Gobernador. El primero en caer es Martínez quien, aparte de conocer demasiado del pasado del Gobernador, pronuncia unas palabras sobre su nueva familia que no gustan nada a su antiguo jefe. Aunque este le ofrece compartir el liderazgo, "compartir" es una palabra que no está en el diccionario del Gobernador. Tras liquidar también al sucesor de Martínez en el liderazgo, Brian toma el mando del campamento, convirtiéndolo en su nuevo Woodbury. El objetivo final del Gobernador es encontrar un lugar mas seguro para su nueva familia y la gente del campamento, obviamente la prisión donde están Rick y los suyos. 
EL ÚLTIMO SWING DE CÉSAR MARTÍNEZ
EL ÚLTIMO SWING DE CÉSAR MARTÍNEZ
Una de las escenas más cargadas de simbolismo del episodio, y que merece destacar, es aquella en la que El Gobernador "Tuerto Brian", Martínez, Mitch (Kirk Acevedo) y su hermano Pete (Enver Gjokaj) van en busca de provisiones a una cabaña abandonada del bosque. En las cercanías de la cabaña, encuentran a un cadáver descabezado atado a un árbol con el cartel de "mentiroso". Tras este, encuentran otros dos mas, uno con el cartel "violador" y otro con uno que dice "asesino". Junto a este último cadáver, una foto de un hombre con su mujer e hija. Al entrar en la casa, se encuentran con varios caminantes, pero lo mas inquietante son las cabezas cercenadas aun vivas de los tipos que han ido hallando fuera de la cabaña. La analogía con el propio Gobernador es clara, un tipo que es un mentiroso, un violador y un asesino, y cuya gran pasión en Woodbury era coleccionar cabezas de caminantes en tanques de formol para observarlas con un vaso de whisky en la mano. 

Tras dos capítulos en los que parecía que El Gobernador evolucionaba hacia alguien nuevo, con otros objetivos, vemos como en realidad sigue siendo la misma persona que mató a sus hombres al final de la temporada anterior: duro, cruel, despiadado y capaz de cualquier cosa con tal de proteger a su nueva familia. La escena final del capítulo coincide con la del episodio quinto, con El Gobernador oculto en el bosque que rodea la prisión observando atentamente a Rick y su grupo. Esta última escena deja claro que la sucedido en los dos capítulos anteriores con El Gobernador ha transcurrido paralelamente a lo que le ha ocurrido al grupo de Rick en los cinco primeros episodios de la temporada. Parece claro, visto lo visto en estos dos capítulos, que El Gobernador no ha tenido nada que ver con la extraña enfermedad que asola la prisión ni era la mano anónima que alimentaba los caminantes con ratas. También parece que Bob, el médico alcohólico del grupo de Rick, no es un infiltrado del Gobernador, una teoría que había cobrado fuerza entre los fans de la serie.


Lo que si parece claro es que tenemos de vuelta al Gobernador que todos estábamos echando de menos, un tipo que hará lo posible por proteger a su nueva familia y, de paso, vengarse de los que destruyeron su antigua vida. Si los guionistas del show hubieran intentado vendernos el cambio del Gobernador como algo real y permanente, sin duda hubieran cometido un error. Hubiera sido algo tramposo hacer cambiar tanto y tan radicalmente a un personaje que ha conseguido despertar la "simpatía" de la audiencia con sus terribles actos. Como era de esperar, los responsables de la serie nos van a ofrecer la semana que viene un final de mitad de temporada de alta tensión, con un asedio a la prisión quizás como el que debiéramos haber visto al final de la tercera temporada y cuya ausencia fue tan criticada por los fans.

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