No ha sido este el final de temporada que todos estábamos esperando aunque, si te paras a pensarlo un poco, es bastante congruente con los últimos episodios. Tras casi toda una midseason preparándose para el temible asalto final a la prisión por parte del Gobernador, el grupo de Rick solventa en apenas un par de minutos el asunto casi sin despeinarse, algo que, sinceramente, nos cuesta creer. Eso si, el episodio nos deja con dos personajes principales menos, dos muertes que, aunque previsibles, no por ello dejan de ser impactantes e, incluso,tristes para el fan de la serie.
Como era de esperar, el Gobernador no acepta traidores entre sus filas, algo que Milton sufre en sus propias carnes al principio del capítulo. Tras serle dada lo oportunidad de asesinar a Andrea a cambio de seguir viviendo, Milton intenta volverse en contra del Gobernador, pero este lo apuñala. Herido por quien el considerara durante mucho tiempo su amigo, Milton es finalmente dejado moribundo en la celda de Andrea, a la espera de que, al convertirse en caminante, de buena cuenta de ella. "En esta vida ahora, o matas o mueres. O mueres y matas", dice el Gobernador al dejar a Milton encerrado con Andrea. Es un final que veía venir para el personaje de Milton, aunque no esperaba que fuese de esta forma.
Mientras, en la prisión, Carol intenta consolar a Daryl por su pérdida, diciéndole que Merle murió dándoles una oportunidad. Vemos como el grupo hace las maletas, en lo que parece la huida definitiva de la prisión ante el inminente ataque del Gobernador, algo que, como veremos, es tan solo una treta de Rick. Michonne, por su parte, perdona a Rick su intención de entregarla al Gobernador y le da las gracias por aceptarla en su grupo. Viendo la escena da la sensación de que estos dos personajes podrían convertirse en un futuro en algo más que amigos. Conociendo las múltiples alteraciones y desviaciones de la serie respecto a los cómics de Kirkman, ¿quien sabe?
El Gobernador prepara a sus hombres para el asalto definitivo a la prisión en una arenga que solo promete muerte y destrucción. Tyreese y su hermana Sasha deciden no intervenir en el asalto ya que hacen saber al Gobernador que una cosa es matar caminantes y otra matar personas. Demasiado bien se toma el Gobernador la negativa de Tyreese, quien se limita a darle un arma y permitirle quedarse en Woodbury cuidando de mujeres y niños. El personaje de Tyreese, a mi entender, ha sido completamente desaprovechado durante la temporada. Es más, ha sido mal utilizado, ya que habría dado más de si en el grupo de Rick que en Woodbury, con una interacción de el y sus compañeros con el grupo de la prisión más interesante que la que hemos visto como mera comparsa del Gobernador.
Y aquí viene lo más decepcionante del episodio final de temporada: el descafeinado asalto a la prisión. Por un lado se nos da a entender que el grupo de Rick se ha marchado, dejando al Gobernador una prisión vacía. Esto, para empezar, desinfla las expectativas de los fans, que esperaban una gran confrontación final que no llega a producirse. Si a ello añadimos que la derrota y posterior huida del Gobernador y sus hombres se logra de una manera tan sencilla, podemos entender que las críticas a este final de temporada no se hagan esperar. Este asalto final a la prisión no es comparable con ninguno de los que hemos visto anteriormente, muchísimo más emocionantes que este.
Quien avanza un poco más en su paulatina degeneración es Carl, el hijo de Rick, que acaba con la vida de uno de los hombres del Gobernador (apenas un muchacho) que iba a entregarse. Carl lo liquida sin pestañear ante la mirada atónita de Hershel y Beth, quienes ven como la poca inocencia que quedaba en el chico se esfuma ante sus ojos. Los traumas sufridos por Carl pasan factura al chico, algo que seguramente traerá mas de un problema a su padre y, por extensión, al grupo en los próximos capítulos.
Mientras tanto, el Gobernador intenta hacer volver a sus hombres a la prisión. Parece que, aparte de los espectadores, el Gobernador también se ha percatado que han huido demasiado apresuradamente. Que unos tipos que superan numéricamente y en potencia de fuego a los cuatro de la prisión huyan de esta manera es uno de los grandes fallos de esta temporada. Para colmo, los guionistas no eligen otro recurso para dejarnos patente la completa locura del Gobernador que este liquide a casi todos sus hombres, menos a dos de los mas fieles. Los hombres del Gobernador, al negarse a volver a la prisión, son masacrados a sangre fría por el hombre que los liderara, una maniobra muy poco inteligente por su parte, un tipo al que consideramos bastante listo. Recientemente hemos sabido que el Gobernador (David Morrissey) será personaje regular en la siguiente temporada, algo que explica el final escogido para este episodio.
Rick y los suyos se topan con la masacre cometida por el Gobernador y recogen a la única superviviente. Con ella, se dirigen a Woodbury, un pueblo aparentemente solo protegido por Tyreese y Sasha. Allí, Rick encuentra a Andrea viva, pero que no ha podido evitar que un Milton transformado la mordiera en el hombro. A pesar de que Andrea se ha convertido en uno de los personajes que los fans de la serie han llegado a odiar más en esta temporada, eso no evita que sintamos un nudo en la garganta al ver su final. Como el de Milton, era un destino que todos más o menos esperábamos, aunque durante todo este episodio se nos dieran esperanzas de un desenlace más feliz.
La decisión de Rick de traer a la prisión un autobús cargado con las mujeres y niños de Woodbury es otro de los hechos cuestionables del capítulo. ¿No quedaba nadie en Woodbury capaz de empuñar un arma para la defensa del pueblo? Recordemos que el pueblo está amurallado y sigue siendo un lugar bastante cómodo donde vivir, ¿por qué decide toda esta gente abandonarlo para ir a la prisión? Además, seguramente entre alguno de estas personas hay alguno con un familiar o amigo muerto por el grupo de Rick. Si a eso unimos el radical cambio de actitud de Rick pasando de no ayudar a nadie que no sea de los suyos a responsabilizarse de decenas de personas, la decisión de los guionistas se entiende aun menos.
En definitiva, un final de temporada que no ha sido lo que esperábamos, con un asalto a la prisión que se nos prometía épico y ha resultado flojo y desinflado. Aun así, las muertes de dos de los protagonistas, sobre todo la de Andrea, han sido lo suficientemente emotivas para salvar el episodio. La sustitución de Glen Mazzara por Scott Gimple como showrunner de la serie parecía que iba a suponer un revulsivo para la serie tras una primera parte de la temporada realmente impactante. Sin embargo, en la segunda midseason el nivel de la serie decayó bastante, con episodios focalizados en ciertos personajes y bastante menos acción. ¿Es este el cambio que AMC pretendía imprimirle a su serie estrella con la llegada de Gimple como showrunner?
0 Comentarios
Todos los comentarios son revisados antes de su publicación. Por favor, sé moderado e identifícate, nos gusta saber a quien nos dirigimos.