Yo soy uno de esos talibanes que miden la serie de televisión “The Walking Dead” por el rasero de su contrapartida en cómic, lo reconozco. Y es que tomé contacto con el proyecto de Robert Kirkman antes en papel, cosas del destino que vamos a hacerle. Aunque a veces envidio a aquellos que disfrutan de las entretenidísimas desventuras de Rick y su grupo en la distopía apocalíptica que les ha tocado vivir, también les compadezco en cierta medida, por no poder entrever hasta que grado de crudeza y horror se puede llevar una premisa tan básica como la que se nos presenta.
La historia en el cómic está mucho más avanzada, cualquier
lector potencial no debería acercarse tan siquiera a estas líneas. Aunque
quizás eres uno de esos a los que se la refanflinfa lo que pueda estar
sucediendo en el tebeo, entonces quizás no te importe echar un vistazo por un
agujerito hacia un universo paralelo en el que, por ejemplo, Rick empieza una
relación sentimental con Andrea, la primera que se permite tras el
fallecimiento de su mujer, o Sophia vive con Glenn y Maggie, lejos de graneros
infestados de caminantes.
CIEN NÚMEROS DE "THE WALKING DEAD" Y MUCHOS MUERTOS A LAS ESPALDAS. |
NEGAN Y SU BATE DE BEISBOL "LUCILLE". |
Planeta DeAgostini publica “Los muertos vivientes” en una
serie de tomos semestrales de 132 páginas incluyendo seis comic-books
americanos. Concretamente, el volumen #17 al que nos estamos refiriendo en esta
reseña, que lleva por título “Algo que
temer”, incluye los números #97 al #102. Ciento treinta dos páginas, seis
episodios, que no tardan en leerse más de quince minutos de reloj. Hala, ya
puedes esperar seis meses más. Para abrirse las venas. Robert, córtate un
poquito. Podías añadir un poco de más chicha a cada episodio, que no pasa nada,
nadie te dijo que emplear seis páginas en ver como le revientan la cabeza con
un bate a un personaje principal es demasiado, aunque se trate de un personaje
muy querido. Has reinventado la expresión “decompressive storytelling”, mucho
me temo que se te ve el plumero.
PORTADA ALTERNARTIVA PARA EL 100 AMERICANO DE... ¡FRANK QUITELY! |
Vamos a decírtelo todos en voz alta, nos has regalado un viaje
del carajo. No la cagues ahora, Robert, no metas la pata. Cierra la historia
dignamente, no nos tomes el pelo. Por favor.
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