Tras el espectacular episodio anterior, Juego de Tronos vuelve a ofrecernos un episodio algo más tranquilo en lo que se refiere a acción, no así en cuanto a intrigas, venganzas y confesiones. Los guionistas de la serie dan esta semana un repaso a todos los protagonistas de la serie, con la excepción de Bran y sus visiones de cuervos de tres ojos, y los hombres de la Guardia de la Noche. También se presentan nuevos personajes, como la hija y la esposa del rey Stannis, Selyse, así como la macabra imagen de sus tres bebés muertos conservados en vasijas de cristal.
Mientras tanto, en el Norte, Jon Snow (Kit Harington), para no saber nada, se las maneja bastante bien con el sexo oral, para fortuna de Ygritte (Rose Leslie). La "besada por el fuego" (de ahí el título del episodio), no parece estar dispuesta a renunciar a lo que tiene que ofrecerle Snow antes de que este pierda la vida bien a manos de uno de los salvajes, quienes no terminan de fiarse de el, de uno de sus antiguos compañeros de la Guardia de la Noche, para los que se ha convertido en traidor, o a manos de uno de los caminantes blancos.
SNOW AL FIN SE RINDE A LOS ENCANTOS DE LA "BESADA POR EL FUEGO" |
Jaime Lannister (Nikolaj Coster-Waldau) y Brienne (Gwendoline Christie) son finalmente conducidos ante Roose Bolton (Michael McElhatton). Brienne es liberada de sus ataduras y el Matarreyes recibe atención médica ante el peligro de que la infección de su muñón se extienda. La escena más relevante del episodio, a mi entender, tiene como protagonistas a Jaime y Brienne. Mientras estos comparten baño, para disgusto de la dama de Tarth, el Lannister confiesa que está cansado de luchar y revela la verdadera historia de como se convirtió en Matarreyes. Lo genial de esta escena es ver como va cambiando el rostro de Brienne a medida que Jaime le revela la verdad sobre el Rey Loco y el porqué de su asesinato. ¿Hasta donde quieren llevar los guionistas la interacción de estos dos personajes? Sospecho que no tardaremos mucho en descubrirlo.
El Rey del Norte, como bien dice uno de sus aliados, ha perdido el Norte. Tras asesinar a sangre fría a los rehenes Lannister, Lord Karstark (John Stahl) es sentenciado a ser ejecutado, una decisión que hará perder la mitad de su ejército a Robb Stark (Richard Madden). Sin duda, la obsesión de Robb Stark de impartir justicia por encima de cuestiones estratégicas, está haciendo que la balanza de la guerra se incline peligrosamente a favor de los Lannister. ¿Su única opción? Recurrir a la única casa que aun no se ha aliado con los Lannister, los Frey, a pesar de que Robb rompió el pacto de casarse con una de las poco agraciadas hijas de Lord Walder a cambio de su apoyo en la contienda.
Arya Stark (Maisie Williams) asiste por fin al duelo entre Beric Dondarrion (Richard Dormer) y El Perro Clegane (Rory McCann), el cual se salda con la derrota y ¿muerte? del primero. Sorprendentemente, Beric vuelve de entre los muertos gracias a los poderes de Thoros de Myr (Paul Kaye)... por sexta vez. La escena de lucha entre ambos hombres es de lo más espectacular, sobre todo por la espada flamígera de Beric, otro elemento fantástico de los libros que será bien recibido por los fans de la saga.
En Desembarco del Rey, Tywin Lannister (Charles Dance) se reúne con sus vástagos Cersei y Tyrion, no para darles buenas noticias precisamente. Su obsesión por formar alianzas y ganar la guerra con los Stark a base de matrimonios de conveniencia le llevan a imponer a Sansa (Sophie Turner) como esposa de Tyrion (Peter Dinklage), mientras que Cersei (Lena Headey), cuyas sospechas en torno a los Tyrell se vuelven contra ella, es obligada a desposarse con Ser Loras con el fin de engendrar mas herederos. De esta forma, Tywin intenta asegurase tanto la llave del Norte casando a Tyrion con la heredera de los Stark como la alianza con los señores de Altojardín. Parece que el contenido de las numerosas misivas que escribía Tywin giraba en torno a estas alianzas, unas cartas que puede que le hagan ganar la guerra con los Stark.
DAENERYS INTENTA OFRECER UNA LIBERTAD QUE LOS ILUMINADOS NO PARECEN DESEAR |
Daenerys (Emilia Clarke) propone a su ejército de Iluminados que son libres de escoger sus propios nombres, pero al parecer estos prefieren mantener los denigrantes apelativos con los que habían sido bautizados en Astapor. Parece que la intención de Daenerys de ofrecer libertad a quienes no conocieron en su vida otra cosa que esclavitud está chocando contra un muro impenetrable. ¿Se volverá en un futuro esto en contra de la Targaryen? Mientras, Jorah Mormont (Iain Glen) y Ser Barristan (Ian McElhinney) conversan sobre los frustrantes servicios prestados a otros reyes, algo que no sucede con Khaleesi. Barristan avisa a Mormont que su presencia al lado de la última Targaryen cuando esta acceda al Trono de Hierro puede no serle beneficiosa a Daenerys, algo que Ser Jorah no se toma demasiado bien.
Lo mejor del episodio:
- La escena de lucha entre Sandor Clegane y Beric Dondarrion y el momento "Lobezno" que viene después.
- La confesión de Jaime Lannister a Brienne de la verdad sobre la muerte del Rey Loco, y como el Matarreyes le pide que le llame por su nombre.
- La conversación de Tywin Lannister con sus hijos, quienes ven como su padre se convierte cada día más en un estorbo para sus propios intereses.
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