Saving Hope es una serie canadiense estrenada en los EE.UU. por la cadena NBC y que, gracias a la emisión de los Juegos Olímpicos por esta cadena, ha tenido el episodio piloto más visto del verano de 2012. El show, producido y protagonizado por la actriz Erica Durance (Smallville), intenta aportar al subgénero de romances hospitalarios un punto sobrenatural ya visto en otras
series recientes como A Gifted Man.
La Dra. Alex Reid (Erica Durance) ve como su prometido, el brillante cirujano Dr. Charles Harris (Michael Shanks), queda en coma tras sufrir ambos un accidente a primera vista sin importancia. Reid deberá lidiar con el grave estado en el que ha quedado sumido Charles a la vez que se enfrenta al día a día en el hospital de Toronto donde trabaja. Mientras, el espíritu incorpóreo del Dr. Harris vaga por el hospital observando el día a día de su prometida y los cientos de historias que transcurren en dicho edificio.
EL PERSONAJE DE SHANKS ESTÁ TAN DESDIBUJADO COMO SU ESPÍRITU |
Lo primero en llamarme la atención de esta serie es la indisimulada copia de multitud de elementos de otras películas y shows. No soy un amante de las series sobre médicos (con la excepción de Urgencias) por lo que debo distanciar mis prejuicios y preferencias personales al analizar Saving Hope, pero no puedo dejar de señalar la ausencia de cualidades positivas de la serie. La historia que se nos cuenta es el típico cliché del doctor enamorada de la doctora, ambos felices, con tragedias cotidianas como marco de acción. Esto es algo que ya hemos visto mil y una veces tanto en el cine como en la televisión y creo que no es necesario poner ejemplos de ello. Ni siquiera el toque sobrenatural a lo Ghost que pretenden colarnos es ni de lejos algo bien planteado.
El actor elegido para encarnar al Dr. Harris, Michael Shanks, visto en Smallville en el papel de Hawkman, hace lo que puede poniendo cara de incredulidad ante su situación fantasmal. La cosa hubiera sido algo más divertida si los papeles se hubieran invertido y el personaje de Erica Durance hubiera sido la que se quedara en coma. Durance vuelve a interpretar el papel de mujer fuerte y decidida como ya hiciera con su Lois Lane en Smallville, aquí sin embargo sin su vis cómica. Shanks se limita a vagabundear y mirarse a sí mismo tendido en la camilla, sin más interacción y, por consiguiente, podríamos eliminarlo de la serie sin apenas afectar a la trama.
Las deficiencias de la serie no terminan con el poco peso del personaje de Shanks. Las situaciones que se plantean en el hospital son poco creíbles, como el hecho de que ningún paciente parece tener familia (Harris es huérfano, la chica embarazada y su novio están solos, uno de los muertos no lleva cartera...), puede que para ahorrar en secundarios. La estética toma los característicos lens flares de los films de J.J. Abrams para las escenas en las que aparece algún espíritu sin que hayan efectos especiales que enriquezcan un poco la aparición de tales entes.
Saving Hope ha sido renovada por una segunda temporada con 13 episodios más, lo cual no es sorprendente, si tenemos en cuenta que este tipo de shows cuenta con una audiencia fiel que consume cualquier producto de estas características. No perdáis el tiempo con esta serie, a menos que seáis incondicionales de los dramas médicos. Aun así creo que defraudará tanto a aquellos que busquen algo parecido a Anatomía de Grey como a los que quieran ver algo parecido a Entre Fantasmas, pues no funciona bien ni como drama romántico ni como sobrenatural.
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