A pesar de contar con un director de cierto prestigio, Jim
Sheridan (Mi pie izquierdo, En el nombre del padre) y un reparto plagado de
caras conocidas (Daniel Craig, Rachel Weisz y Naomi Watts), es una película que,
a priori, despierta algo de recelo. El motivo es algo difícil de decir, el
aspecto es el de peli de fantasmas típica tópica de toda la vida. A saber, Will
Atenton (Daniel Craig) deja su exitosa vida en
la ciudad de Nueva York y se muda con su esposa Libby (Rachel Weisz) y sus dos
hijas a una bonita casa en las afueras. Los curtidos espectadores sabemos que
este idílico arranque no tardará en tornarse en un espectáculo menos amable, de
hecho, esta familia tiene todas las papeletas de convertirse en protagonistas
de una película de miedo. Así, las niñas se quejan de que un desconocido vigila
la casa constantemente y Will descubre que en la casa se cometió un terrible
crimen poco antes de que ellos la compraran y una
habitación de juegos oculta. Por cierto, detalle este último que a
muchos propietarios de pisos de setenta metros cuadrados no les importaría que les
sucediera, aunque eso suponga tener que lidiar con alguna que otra molesta
presencia.
NO, NO ES UNA PELÍCULA DE FANTASMAS. ESTA ESCENA ES UN SUEÑO QUE ESTÁ METIDO CON CALZADOR |
Aparte de este hecho que no tiene relevancia alguna en la trama, aún estoy dándole vueltas al significado del título español “Detrás de la paredes”. El original “Dream House” podría traducirse como “La Casa de los Sueños”, pero a algún encargado de marketing no le debió parecer suficientemente amenazador. A estos casi imperceptibles fenómenos extraños hay que añadir el peculiar comportamiento de los vecinos hacia la familia recién llegada, entre los que se incluye Ann (Naomi Watts), personaje sobre la que parece planear un tema de infidelidad con Will que nunca llega a concretarse. Nada nuevo bajo el sol, de momento. Ni siquiera nada remotamente inquietante, por desgracia.
Y entonces, a los cuarenta y cinco minutos de metraje, llega la gran revelación. Para el que no haya visto el trailer, por supuesto, que destripa más de la mitad de la película. La sorpresa, que no es tal porque la hemos visto en muchas películas anteriores, desde “El Sexto Sentido” hasta “Shutter Island”, hace que reinterpretemos todo lo visto hasta el momento y establece que la narración ha sido tamizada a través del punto de vista de uno de los personajes.
Lo novedoso en este caso se encuentra en que el giro no es
el final de la película, sino más bien el ecuador, de forma que al destapar sus
cartas, el film se convierte en un drama, aunque contado como si se tratara de
una película de fantasmas. Es en estos momentos centrales donde se encuentran
los elementos que hacen de “Detrás de las Paredes” si no algo original en el
fondo, sí en la forma, y donde la propuesta mantiene cierta dignidad. Desafortunadamente,
se trata solo de un espejismo. Antes de que nos demos cuenta, la historia se
precipita por un desenlace apresurado, hacia un fácil culpable que proporcione
un final feliz a la película y donde se traiciona parte de la premisa que
delimitaba el mundo fantasmagórico dentro de los confines de la mente de una
persona.
UN ACTOR REFLEJADO EN EL POMO DE LA PUERTA. AÑADE A BRUCE WILLIS Y TENEMOS "EL SEXTO SENTIDO" |
No resulta ajeno al resultado final el descontento
manifestado por los implicados en el film. Es conocido que el director intentó
retirar su nombre de los créditos de la película y sus protagonistas
principales se negaron a realizar entrevistas para su promoción. Todo parece
indicar que un montaje orquestado por los productores enterraron a base de
tópicos otra película subyacente, que podía haber sido si no mejor, sí más
curiosa y honesta. Eso es algo que a día de hoy no podemos saber. Tan sólo
podemos soñar con una película mejor, como una traducción más fiel del título
original del film “Casa Soñada” parece sugerirnos, que lo que ha llegado a
nuestro reproductor de blu-ray.
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