Con mucha ilusión, nos dirigimos ayer al XVII Salón Internacional del Cómic de Granada. Hemos asistido otros años y siempre hemos salido con una buenísima impresión de allí. También con un montón de cómics. Cuando entramos al recinto, tras pagar la entrada de 4 euros, lo primero que notamos es que habían cambiado de pabellón. Del pabellón que estaba más al fondo,
sede de los últimos años, lo han trasladado al primero que te encuentras, donde está la cafetería. Una vez nos entramos, vimos la razón del cambio. Todos los stands congregados no ocupaban ni la mitad del recinto. Maldita crisis. De ellos, la mayoría estaban dedicados a merchandising, artesanía, promoción de escuela de artistas... Dedicados a los cómics íntegramente, unos tres, y con mezcla de otras cosas, alguno más. Nos paramos a hablar con uno de los expositores para preguntarle qué había pasado este año. "Poner un estand, son 700 euros, mas todo el gasto que conlleva transporte, alojamiento..." Una ruina en los tiempos que corren en el que las ventas no paran de caer. Es admirable que se hayan arriesgado no ya a no ganar, sino a perder dinero. En dos horas podéis ver tranquilamente todos los stands. Teniendo en cuenta que el año pasado tuvimos que emplear dos días, el contraste es brutal.
EL ESTUPENDO CARTEL DE ESTA EDICIÓN REALIZADO POR ESTEBAN MAROTO |
Aunque no sea de nuestro interés personal, nos parece bien que se amplíe el abanico del cómic a muchas otras actividades como videojuegos, rol, exposiciones, disfraces... Es evidente que hay sitio para todos y mientras más gente vaya, más se asegura la continuidad del evento. Pero nos hacemos una pregunta, ¿no es mejor cobrar menos a los expositores, que pedir tanto y que no venga nadie?¿Así ayudan a los pequeños empresarios? La entrada no es que sea muy cara, pero 4 euros multiplicados por todos los que se congregan a lo largo de la cita, que suelen ser unos miles, ya es un rendimiento.
De los artistas invitados, sólo conocíamos a Carlos Pacheco y Raúlo Cáceres. No dudamos de la imponente trayectoria de los invitados ni de sus méritos para estar allí, pero somos aficionados principalmente a los superhéroes. ¿Dónde quedaron aquellos días en los que Brian Bolland, Brian Azzarello o Joe Kubert se pasaban por aquí? En el último salón del cómic de Sevilla, Chris Claremont tenía la sala a rebosar. En fin, no hay que investigar mucho la causa de estas ausencias, nos machacan con ella diariamente en los medios.
Afortunadamente, pudimos hacer compras interesantes y nos fuimos contentos. Contentos porque Granada es una ciudad maravillosa, así que pasar unos días aquí es una bendición que hay que agradecer. No puedo decir que no vayáis, porque nosotros sólo hemos prestado atención a lo referente a los cómics. El resto de actividades, que eran bastantes, pueden ser de vuestro agrado, y los encuentros con los artistas pueden aportar mucho, independientemente de que atraigan o no por su fama, como hemos comprobado en otras ocasiones. Es triste ver esta decadencia, así que en conclusión, os animo a daros una vuelta, apoyar aquello y disfrutar el ambiente alegre y juvenil que la crisis no ha podido arrebatar todavía.
Un importante aviso comiquero. Nos han dicho desde allí, que se había pasado un responsable de la editorial Planeta DeAgostini, hasta hace nada la que publicaba los cómics DC en España, y había dicho que la editorial norteamericana les obliga a destruir todas sus existencias de cómics. Nada de saldarlos o tenerlos en almacén, cosa que yo mismo esperaba para hacerme algunos con cómics a precio de saldo. La fecha para ello parece ser mayo como mucho. No podemos confirmarlo al 100%, pues no hemos tenido acceso a la fuente, así que la información hay que cogerla con alfileres. Yo, por si acaso, me hice con un tomo que me faltaba y estaba dejando para más adelante, por si acaso. Luego es posible que haya que esperar a que ECC reedite para acceder al material que va a destruir Planeta.
En fin, como están las cosas, lo mismo hay hasta que agradecer que hayan puesto en marcha el salón número XVII. Ojalá la cosa remonte y no sólo tengan que volver al primer pabellón, más grande, sino que tengan que ocupar los dos con stands, actividades, artistas... y público.
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