El realizador Guy Ritchie (Lock & Stock) vuelve con las nuevas aventuras de uno de los detectives más famosos de todos los tiempos: Sherlock Holmes, con permiso de Miss. Marple, Poirot o Batman, claro está. Esta aventura, sin embargo, parece venir demasiado grande a nuestro héroe, pues el genio de Baker Street se embarca en una cruzada contra un
enemigo que prácticamente le supera en inteligencia, el profesor Moriarty (Jared Harris), ayudado por su fiel compañero Watson (Jude Law) y por la gitana Simza (Noomi Rapace).
enemigo que prácticamente le supera en inteligencia, el profesor Moriarty (Jared Harris), ayudado por su fiel compañero Watson (Jude Law) y por la gitana Simza (Noomi Rapace).
La historia que han escrito los guionistas Kieran y Michele Mulroney (Paper Man), relativamente novatos como guionistas, aunque entretiene y no da un respiro, no llega a emocionar ni convence del todo al espectador. Las gracietas y comentarios ingeniosos del dúo Downey Jr./ Law hacen que no nos aburramos con una historia decididamente muy cogida por los pelos. Los planes megalomaníacos de Moriarty de dominar el mundo provocando un conflicto armado global me parecen tan desmesurados como absurdos, pues hacen aguas por todos lados. A pesar de ser un genio criminal parece no haber caído en varios factores de sentido común que convierten sus planes en una empresa en la que él también perdería, junto a los países implicados en la contienda.
MORIARTY INTENTA DOMINAR EL MUNDO, COSA QUE NOS DA IGUAL. LO QUE NOS MOLESTA DE VERAS ES QUE SE CARGUE A IRENE ADLER TAN PRONTO |
Es por esto que el guión pergeñado por los Mulroney y dirigido, con habilidad, eso sí, por el ex de Madonna se me antoja poco creíble. Por ello, todo el entramado que Holmes pone en marcha para desbaratar los planes de su archienemigo me parece muy hipertrofiado y rocambolesco, teniendo en cuenta que Moriarty nunca podría ganar. En definitiva, el leitmotiv de Sherlock Holmes: Juego de Sombras se construye sobre una premisa demasiado etérea e inconsistente como para implicarnos emocionalmente con la historia.
Incluso, me atrevería a decir que la historia tiene demasiadas coincidencias con lo que se nos contó en el film de Stephen Norrington, La Liga de los Hombres Extraordinarios. En esa película, "M" (Richard Roxburgh), un alto funcionario del gobierno británico, recluta a la "Liga" para combatir al villano conocido como "El Fantasma", un terrorista que planea destruir Venecia, ciudad donde se celebra una conferencia de paz. Más tarde, se revelará que "M" es, en realidad, el profesor Moriarty, el "Napoleón del Crimen". A pesar que los guionista originales de los cómics en los que se basa el film de 2003 (Alan Moore y Kevin O`Neill) se basaron parcialmente en los personajes creados por Conan Doyle, resulta significativo y curioso que haya sido elegida una aventura de Sherlock Holmes que ya fue el tema central de otra película con la que además comparte bastantes similitudes visuales.
LA LIGA DE LOS HOMBRES EXTRAORDINARIOS, UNO DE MIS PLACERES CULPABLES |
Lo único que nos mantiene pegados a la butaca durante los 129 minutos que dura el film es la acción sin tregua y, una vez más, Robert Downey haciendo de sí mismo, no de Holmes, cosa que no tiene necesariamente que ser negativa. Al revés, la película de Ritchie gira alrededor de Robert Downey y su interpretación del personaje creado por Conan Doyle, y sin Downey, no hay película.
Jude Law continua demostrando la química que comparte con Downey Jr., sin la cual tampoco se sostendría la película. Las motivaciones de Holmes para luchar contra Moriarty son, en gran medida, para salvaguardar a los recién casados Watson y esposa, ya que por Irene Adler (Rachel McAdams) poco puede hacer, tras ser asesinada por Moriarty nada más comenzar el film. Sin duda esta es otra de las decisiones incomprensibles de director y guionístas. ¿Por qué eliminar el personaje de Adler de la película tan rápidamente? Seguro que para empujar aun más a Holmes a enfrentarse y vengarse del Napoleón del Crimen, pero, ¿era necesario? McAdams hubiera sido una compañera de aventuras que hubiera dado más juego que la inexpresiva Noomi Rapace, la cual se tira casi toda la película con la misma cara entre el asombro y la incredulidad. En mi opinión, McAdams habría añadido mayor interés al film, conformando junto a Law y Downey Jr. un triángulo muchísimo más interesante y que habría dado momentos más memorables que los que nos ha dado Rapace.
ELIMINAR A McADAMS DEL FILM, UNO DE SUS PEORES ERRORES |
Tras mis recelos iniciales después de haber sido anunciado su elección como oponente de Holmes, Jared Harris (Fringe) ha demostrado ser capaz de estar a altura del genio de Holmes y la capacidad del actor que tan hábilmente lo interpreta. Harris demuestra ser un actor capaz de encarnar a uno de los villanos que más ha influido en las sucesivas mentes criminales que han ido surgiendo en el cine y la literatura. Es de destacar el trabajo que realiza el actor Stephen Fry (Bones) como Mycroft Holmes, hermano de Sherlock y con el que comparte ingenio y extravagancia (esa escena desnudo frente a la esposa de Watson no tiene precio).
MYCROFT HOLMES, UN PERSONAJE QUE DEBERÍA APARECER MÁS EN LA TERCERA ENTREGA |
La producción del film está cuidada al máximo (se notan los 125 millones de dólares que ha costado), con un mimo por el detalle que se percibe en cada escenario por donde se mueven los protagonistas, lo mismo que en sus caracterizaciones. La película tiene algunas escenas memorables, como el tiroteo en el tren en marcha, la cita de Adler con Moriarty en el restaurante, o la partida final de ajedrez ente los dos genios del film. Pero también tiene escenas más propias de un tebeo de Mortadelo que de una película supuestamente seria, como la afición extrema de Holmes por los disfraces absurdos, quizás derivada de su afición por mascar hojas de coca.
En definitiva, Sherlock Holmes: Juego de Sombras se encuentra por encima de su predecesora, con un guión más entretenido, a pesar de sus limitaciones, escenarios más variados y con un Robert Downey Jr. en estado de gracia, aunque sea interpretándose a sí mismo. ¿Los fallos del film? Lo endeble de la historia, con la que es difícil conectar, un comienzo algo confuso, la eliminación de Adler al comienzo del film y la elección de Rapace como compañera de aventuras (un personaje que podría haber sido eliminado del guión perfectamente sin afectarlo en nada). Una película recomendable, por encima de la media de lo que puede verse actualmente en pantalla, que no defraudará a los seguidores del dúo Downey/ Law, pero que nos dejará un regusto a algo ya visto, como ya he descrito más arriba. Seamos generosos y otorguemos 7 estrellas sobre 10 a este Sherlock Holmes: Juego de Sombras.
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