Con el estreno en Antena 3 de esta serie, aproveché para darle un vistazo, pues la tenía pendiente. Por cierto, apenas pusieron anuncios y es estupendo que apuesten por esta serie a una hora razonable en los canales generalistas. Me he leído la mitad de la obra sobre el detective de Sir Arthur Conan Doyle, con lo que tenía muchas ganas de ver cómo lo adaptaban del siglo XIX al XXI.
La historia comienza con tres suicidios en serie que tienen desconcertada a la policía británica, de manera que requieren la ayuda del colaborador independiente Sherlock Holmes (Benedict Cumberbatch). También conocemos en este episodio al doctor Watson (Martin Freeman), curiosamente de mayor edad que Sherlock. El hecho de que ambos necesiten un compañero de piso hace que se conozcan y que Watson acabe dentro del curioso mundo de Sherlock y su asombrosa capacidad de deducción. Esta habilidad le granjea más enemigos y sospechas que otra cosa en pleno siglo XXI. Atención a la policía que advierte a Watson sobre él "Holmes no tiene amigos. Es un psicópata. El crimen le pone. Cuando no tenga uno, será el quien mate".
La historia comienza con tres suicidios en serie que tienen desconcertada a la policía británica, de manera que requieren la ayuda del colaborador independiente Sherlock Holmes (Benedict Cumberbatch). También conocemos en este episodio al doctor Watson (Martin Freeman), curiosamente de mayor edad que Sherlock. El hecho de que ambos necesiten un compañero de piso hace que se conozcan y que Watson acabe dentro del curioso mundo de Sherlock y su asombrosa capacidad de deducción. Esta habilidad le granjea más enemigos y sospechas que otra cosa en pleno siglo XXI. Atención a la policía que advierte a Watson sobre él "Holmes no tiene amigos. Es un psicópata. El crimen le pone. Cuando no tenga uno, será el quien mate".
Esta serie me ha dejado sentimientos encontrados. A pesar de que no hay un personaje que merezca más una serie procedimental que Holmes, la sobreexplotación del género por otras muchas series hace que nos suene a algo ya visto. Eso sí, en este caso con la factura impecable que caracteriza a la casa, en este caso la BBC. Elegante, cuidada, muy bien ambientada en el Londres actual y rodada con gusto. Por otro lado, quizás también algo lenta, debido a que le sobran algunos minutos de los 90 que dura. El caso presentado tiene interés por si solo y los diálogos son frescos, chispeantes e ingeniosos, respetando el humor británico que caracteriza al personaje y sus historias.
UN SHERLOCK QUE AVENTAJA A WATSON, EN MI HUMILDE OPINIÓN |
El cambio de época es buena idea para refrescar al personaje, pero mucha parte del encanto de sus historias viene de la descripción de la época en que fueron escritas, el siglo XIX, algo que no ofrece este siglo actual. No tengo problema en que Holmes ande por los 35, (aunque Cumberbatch parece más joven de lo que es) ya que en esencia está muy conseguida su personalidad y forma de actuar. Martin Freeman no me ha parecido tan buen casting. Watson es mucho más humano que Holmes, cosa que en la serie no se refleja. En esta versión me ha resultado antipático, frió, serio y distante. No dudo que venga traumatizado de la guerra, pero no me cuadra la frase de que "echa de menos el campo de batalla". Otro enfoque que no veo acertado es que si bien Holmes disfruta resolviendo crímenes, también siente empatía con las victimas y se indigna ante las injusticias, detalle que de momento se han saltado en la serie, y que hace que efectivamente parezca un sociópata, cosa impensable en los libros. El cambio de época hace que algunas adaptaciones sean tan ridículas que mejor habría sido quitarlas: cambiar el consumo de coca por parches de nicotina no es hacerle un favor al personaje, así como la inevitable referencia gay a su inexistente interacción con las féminas, a las que en cambio este Holmes parece interesar bastante.
Ciertamente, se han respetado muchas cosas de la obra, como la forma de conocerse, la profesión de Watson, e incluso un breve homenaje a la resolución del caso al de Estudio en Escarlata, al que hace referencia el título del episodio. Incluso en las deducciones, solo que donde en el libro hay un reloj, aquí hay un teléfono móvil, of course. Tambien veo positivo que te dan pistas desde el principio, pero dando espacio a la sorpresa. No te engañan como en El Mentalista, que el culpable es siempre el que menos te piensas con una historia sacada de la manga. También Lestrade (Rupert Graves) es un policía normal que no aparece atontunado como en otras versiones.
Si os gustan los procedimentales esta serie es sin duda de lo mejor que hay en emisión; nada de chicas en bikini ni tomas de videoclip a lo CSI, esto es otra cosa. La serie Imborrable se ha copiado de la forma de deducir de Sherlock, pues es similar el proceso de analizar cada detalle. Aquí es la inteligencia lo que sustituye a los laboratorios forenses. Sherlock Holmes es más Sherlock Holmes aunque esté en el siglo XXI que Robert Downey Jr. haciendo de él mismo en el siglo XIX en Game Of Shadows.
Pero si de verdad os gusta el personaje...leeros los libros.
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