Con dos meses de adelanto con respecto a los cines americanos, nos llega la adaptación cinematográfica de Tintín, apadrinada por dos de las figuras más importantes del cine comercial americano en la actualidad como son Steven Spielberg y Peter Jackson. Esta estrategia comercial inédita hasta ahora busca el boca a oreja positivo de Europa, donde el
cómic en que se basa es muy popular y pueda servir como carta de presentación en los Estados Unidos. Hasta ahora, parece ser que la jugada les está saliendo bien, a tenor de los 55 millones de euros recaudados desde el viernes pasado en los 11 países en los que se ha estrenado.
cómic en que se basa es muy popular y pueda servir como carta de presentación en los Estados Unidos. Hasta ahora, parece ser que la jugada les está saliendo bien, a tenor de los 55 millones de euros recaudados desde el viernes pasado en los 11 países en los que se ha estrenado.
PETER "HERNÁNDEZ" Y STEVEN "FERNÁNDEZ" |
A la hora de abordar el análisis de la película y si resulta exitosa o fallida, habría que decidir si hacerlo desde el punto de vista de una adaptación de un cómic previo o centrarse en la obra como si de una película independiente se tratara. Curiosamente, la elección de realizar la película usando la técnica de la captura de movimiento (“motion capture”) que en un principio me generó un cierto rechazo a la propuesta por no convencerme películas anteriores rodadas según esta técnica, ha resultado esencial a la hora de dar a la cinta un aspecto visual que es muy próximo estéticamente a lo que se puede ver en el tebeo. Quizás no hay mucho realismo en las imágenes pero sí un aire a caricatura que es inherente a las aventuras de Tintín.
SPIELBERG HA APOSTADO POR LA MOTION CAPTURE...Y HA GANADO |
Por otra parte, en lo que es la historia, la aventura en sí y el curioso sentido del humor que impregna el conjunto, la película está mucho más cerca de Indiana Jones, donde queda patente de forma innegable el toque Spielberg. Así nos encontramos con un argumento casi inexistente que funciona como mcguffin, como motor de la aventura, de la trepidante montaña rusa que es la proyección. En este sentido, la película narra las peripecias de Tintín y sus amigos en la búsqueda de tres maquetas idénticas de un antiguo barco pirata “El unicornio”, para encontrar las tres partes del mapa del tesoro de Rackham el Rojo que se encuentran escondidas en su interior.
Como novedad en el planteamiento, la película nos escatima el origen del personaje. En pocos minutos, se establece que Tintín es un periodista de cierta fama que ha pasado ya por múltiples aventuras, no necesitamos saber más. El segmento de presentación y maduración del héroe recae en este caso en el compañero de Tintín, el capitán Haddock, puesto que en la película se narra el primer encuentro de ambos y justifica que, a pesar de adaptar el albúm El secreto del Unicornio aparezcan también elementos sacados de El cangrejo de las pinzas de oro.
¿SPIELBERG POLÍTICAMENTE INCORRECTO? ESO ES NUEVO |
Como pequeños comentarios personales, señalar que se agradece que se mantengan en la película los chistes políticamente poco correctos en torno al alcoholismo del capitán, que hubiera preferido que la adaptación hubiera incluido también la aventura El Tesoro de Rackham el Rojo, en lugar de dejarlo para una segunda parte, lo que hubiera dado mayor contenido a la historia, y que el visionado en 3D provoca algo de mareo en aquellas escenas de acción que tienen mucha velocidad y movimiento de cámara. Quitando estos detalles, Las Aventuras de Tintín: el Secreto del Unicornio, es una película de aventuras apabullante, que no da un momento de respiro y donde se saca un partido impresionante a las últimas tecnologías para dejarnos, en más de una ocasión, con la boca abierta. Robert Zemeckis se tiene que estar pegando chocazos contra la pared.
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