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10 COLECCIONES DE COMICS DE HORROR PARA LEER EN HALLOWEEN

Siempre es momento para leer un buen cómic de horror y no tiene que llegar Halloween, que aquí en España ni nos va ni nos viene, para emprender la lectura de uno de ellos. La oferta del mercado en cuanto a cómic de horror no es todo lo amplia que podría parecer, dado el renacimiento que la novela gráfica y el cómic en general están teniendo, pero aún así nos quedan los clásicos. Son aquellas revistas, generalmente en glorioso blanco y negro, las que han marcado a toda una generación de lectores ávidos de lo macabro y sobrenatural. Echemos un vistazo a un puñado de las que marcaron época.


La revista Creepy llegó a alcanzar aquí en España casi los 80 números, con historias escritas y dibujadas por los más grandes autores del momento: Richard Corben, Wally Wood, Berni Wrightson, Josep María Bea...Su última etapa fue bastante flojita pues intentó aglutinar otros géneros ajenos a lo que había sido la marca de la casa: el terror.


Dossier Negro fue la primera revista de horror española y llegó a alcanzar los 217 números desde su primera aparición en 1968. Su primera época estuvo marcada por el terror, pero a partir más o menos del centenar de números comenzaron a aparecer historias fantásticas y de ciencia ficción. Es en esta revista donde recuerdo haber leído las historias más terroríficas de mi juventud.


El magazine Escalofrío, de la mítica editorial Vertice, aglutinaba en realidad varias colecciones originales USA, como Vampire Tales, Tales of the Zombie, Monsters Unleashed! y Dracula Lives! La serie duró 67 números y aun recuerdo gratamente algunos de ellos, como los dedicados al Hijo de Satán, personaje que actualmente Brian Michael Bendis ha recuperado para sus Nuevos Vengadores.


Vampirella fue una revista de terror editada por editorial Garbo que apareció a finales de 1974, con una duración de 38 números. El elemento común que las unía era la inclusión en todos los números de una historia a todo color dedicada a Vampirella, la alienígena más siniestra pero a la vez más sexy de los cómics de horror.


La revista Vampus duró 77 números y, como su subtítulo rezaba, recogía relatos escogidos de su revista hermana, Creepy. Vampus cesó de editarse en febrero de 1978, haciendo así crecer el número de revistas de  este formato que iban desapareciendo de los quioscos lenta e inexorablemente.


Otra de las revistas setenteras que se unió a la moda del terror fue Rufus, la cual duraría 56 números. Sus páginas se nutrían principalmente de relatos extraídos de las revistas americanas Vampirella, Creepy o Eerie. El nombre de la revista hacía alusión al tío Rufus, el malvado mayordomo que hacía las veces de presentador de las diversas historias del volumen.


Delta fue una revista más tardía, apareciendo en 1980 y viendo publicado su último número en mayo de 1984. Al igual que otros cómics de terror de la época, también contaba con una historia central a todo color, publicando historias recopiladas principalmente de las ediciones americanas de la Warren (Eerie, Creepy, Vampirella) así como material original nacional.


Espectros, de editorial Vértice sólo duró dos años tras su primera aparición en 1972. La revista publicaba esencialmente material de terror procedente de Marvel Cómics como Chambers of Chills, Tower of Shadows o The Tomb of Dracula, entre otras.


La revista S.O.S. publicaba generalmente material propio, aunque en sus últimos números importó algunas historias norteamericanas. Fue editada por Edival, luego llamada Editorial Valenciana, la cual publicaría infinidad de tebeos, mayormente para el público infantil. S.O.S. duró apenas dos años, viendo su último número salir en 1976.


Finalizamos esta selección, totalmente subjetiva, con la revista Terror Gráfico, de Ediciones Ursus. La colección duró sólo un año y sus ejemplares parecen estar bastante cotizados. El número dos, del cual os presento la portada que Esteban Maroto realizó para él, se cotiza por más de 60€.


Con esta pequeña lista de revistas clásicas de terror españolas sólo he pretendido haceros llegar una serie de publicaciones que ya vivieron su momento de esplendor, momento que difícilmente volverá a repetirse. Pero lo más importante de estas añejas publicaciones es la impronta dejada en toda una generación de aficionados al terror. Y son esos aficionados precisamente los artistas, diseñadores, realizadores, escritores e ilustradores que ahora nos deleitan y estremecen con sus creaciones terroríficas, creaciones inspiradas por sus lecturas de juventud.

Fuente: elaboración propia, Tebeosfera

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