Como anuncié en la última entrada, hemos asistido al 29º Salón del Cómic de Barcelona. No ha sido posible quedarnos a disfrutar de los últimos dos días, pero con las visitas del jueves y el viernes podemos darnos por satisfechos. Después de varios años de intentos infructuosos de asistir al primer encuentro comiquero nacional, este año ha sido posible. No voy a entrar a detallaros las tribulaciones y sucesivos atracos perpetrados por las compañías aéreas en las que he viajado, ni los precios abusivos de los transportes públicos catalanes. A pesar de todo, la experiencia vale la pena para los amantes a los cómics en general y la recomiendo enormemente.
El día de la inauguración, el jueves 14, nos plantamos en Ficomic dispuestos a pasar el día entero disfrutando del ambiente comiquero que allí se respiraba. La jornada del jueves fue tranquila en lo que a público se refiere. Durante toda la mañana pudimos zambullirnos sin agobios en busca de ese número que nos falta, de la ganga increíble, de la rareza de la que no conocíamos su existencia o, simplemente, pasear y fotografiar todo lo que nos llamara la atención, que era mucho y variado.
La presencia de manga no era excesiva |
Hit "Dead" Girl y Kick-Ass |
Un aficionado muerto de buscar números atrasados |
Algo que me llamó la atención fue la escasa asistencia de aficionados al manga disfrazados. Aunque había algunos stands dedicados en parte o totalmente al manga y el anime, no era lo predominante. Lo que podías encontrarte en la mayoría de expositores era cómic americano y europeo, tanto actual como números atrasados, y merchandising de lo más variado. Parece que en Barcelona sí existe una diferenciación entre aficionados al cómic general y el manga, algo que no ocurre en otros salones a los que he asistido, como Sevilla o Granada. Tampoco había mucho personal disfrazado de personajes americanos pero sí de zombies, pues estas agradables criaturas eran el leit motiv del Salón de este año.
Que alguien me diga quien es el molondro de la derecha |
La cantidad de stands era abrumadora, destacando la calidad de los de las editoriales más importantes. El stand de Planeta, el más amplio del Salón, contaba con varios personajes del cómic animando el cotarro. Entre ellos estaba un Green Lantern haciendo promoción aprovechando el próximo estreno de la película. Le seguían en importancia los stands de Ediciones B, Norma, Glenat, La Cúpula y varios editoriales más. Lo que nos pareció increíble fue lo modesto del stand de Panini Cómics, por el que pasamos por delante casi sin darnos cuenta pues lo confundimos con una tienda de cómics más. Sinceramente no me lo explico. Que la editorial que tiene los derechos de edición de Marvel Cómics en España no cuente con un stand que le haga justicia es todo un misterio para mí. De esto se deriva la nula presencia de autores que firmaran cómics de la Marvel, con el tirón que ello hubiera supuesto para el evento. Vaya cicatería la de los editores italianos.
¿Quién hace la foto a quién? |
Los invitados más destacados del Salón han sido: Brian Azzarello (Luthor), Charlie Adlard (Los muertos vivientes), Dave Johnson (Superman Rojo), Garth Ennis y Glenn Fabry (Thor: Vikingos), Ibáñez (Mortadelo), Jan (Superlópez), y muchos más. Esta vez no hemos podido conseguir ningún dibujo ni cómic firmado, a pesar que las colas no eran especialmente largas. Sin embargo, ese no era nuestro objetivo.
Cola de firmas en el stand de Planeta |
En previsión de las compras que se avecinaban llevábamos las maletas casi vacías. La amplísima oferta de novedades y material antiguo era abrumadora. Explorar detenidamente la mitad de Ficomic nos supuso toda una jornada. Con las compras del jueves casi llenamos una maleta entera. Intentaré subir en breve las portadas del material que he adquirido. Los precios eran bastante atractivos y podían hallarse tomos nuevos con descuentos de hasta cuatro y cinco euros. Pero lo mejor era encontrarse con joyas inencontrables como la colección completa de Elektra Asesina (incomprensiblemente no reeditada aún), la adaptación al cómic del Drácula de Coppola realizada por Mignola o álbunes de grandes autores olvidados como Josep María Beá o Magnus.
En próximas entradas iré desgranando otros aspectos de mi visita al Salón del Cómic de Barcelona.
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