Cuando un autor se anima con una historia autoconclusiva de Batman pueden pasar dos cosas: que estemos ante un desastre sin mucho sentido y al final de la lectura la conclusión sea que se ha perdido el tiempo y no nos ha aportado nada... o todo lo contrario. Afortunadamente, Batman es afortunado con los autores que se atreven a contar sus historias. En lo que respecta a Enrico Marini, de los más afortunados, especialmente en el tema visual. Batman: El Príncipe Oscuro se divide en dos partes, de la que aún solo tenemos la primera en nuestras manos, novedad de abril de ECC Ediciones.
Marini, dibujante y guionista, se adentra en el mundo de Gotham... ¡y de que manera! Para empezar, la edición en formato europeo es acertadísima. Cada viñeta es una obra de arte que merece ser contemplada durante un buen rato. Lejos de un Batman caricaturesco, Marini nos deleita con unos personajes bellamente diseñados, incluido El Joker. Por no hablar de Catwoman, un gustazo que el propio autor reconoce haberse dado en sus dos identidades. También resalta que se respeta la estética actual de Batman, más robusto que alto, y una Selina Kyle de pelo corto. También el discurrir de la actualidad, pudiendo ser una trama que se podría intercalar en la grapa mensual. Sí es cierto que sus personalidades son algo esquemáticas en ocasiones, pero no algo de lo que se libren los personajes en sus series mensuales. Se puede perdonar mucho más en un autor puntual.
Si los dibujos de los personajes son apabullantes, qué decir de sus panorámicas de Gotham. Asombrosas y dignas de adornar como salvapantallas cualquier pantalla digital.
Las tonalidades se alejan de lo que suele aplicarse a Batman ya que son acuarelas, pero funcionan a la perfección. He leído algunos comentarios de que Marini tiene dibujos mejores, pero resulta difícil creer que se pueda hacer mejor que lo visto en este tomo. Me conformo.
MARINI SE ESMERA CON SU RETRATO DE CATWOMAN |
En cuanto a la historia, que podría flaquear en una obra realizada por un autor que destaca más como dibujante, resulta una agradable sorpresa. Sin necesidad de grandes artificios, Marini se centra en personajes bastante familiares para cualquiera que siga o no a Batman. El Joker, Harley Quinn, Alfred o el Comisario Gordon desfilan por el tomo, consciente como es Marini que muchos compradores no habituales se harán con este cómic. Si bien algunos diálogos son algo arquetípicos, la historia relaciona bien a Batman con El Joker y con Bruce Wayne. Marini quizás exagera el carácter de Selina y retrata a una Harley Quinn con algo parecido a una relación estable con El Joker. Este aparece tan loco como siempre. A ver si algún autor se molesta en explicar cómo reclutan gente si todos terminan igual con este hombre... Consciente de que tenemos que esperar a la conclusión en la segunda parte del tomo, deja varios interrogantes bien planteados que esperemos tengan su respuesta en la siguiente entrega.
No adelanto más de la trama porque no me ha sentado bien saber algunas cosas de antemano. El personaje de Alina, una niña de 8 años, está bien retratado y carga con el principal misterio del tomo.
Una gozada que nos encontremos estos lanzamientos comiqueros como novedades y a la espera de que la conclusión de la historia esté a la altura de este primer número, que se hace corto (apenas 64 páginas) y que apetece volver a leer tan pronto lo has acabado para poder sumergirte en sus viñetas de nuevo y viajar a Gotham como pocas veces podemos hacerlo. Lo malo es que toca morderse las uñas hasta que llegue la segunda parte de este excelente cómic.
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