Reconozco que fui a ver Spectre temiendo que su director, Sam Mendes, hubiese sucumbido a la maldición de muchos realizadores de sagas o franquicias: que sus segundas películas fallen estrepitosamente tras un brillante inicio (en este caso la sobresaliente Skyfall). Afortunadamente, no ha sido el caso. Así que, aunque Spectre tiene sus fallos, cumple bastante bien con todo lo que pedimos a las actuales películas de Bond.
El comienzo de la película es realmente espectacular. Un plano secuencia ambientado en el Día de los Muertos, en Mexico, donde no falta ninguno de los elementos inherentes al mito de Bond: la chica que se queda esperando en la cama, la acción trepidante... y el sillón que le espera en su caída para que el héroe no se haga demasiado daño.
Como suele ser habitual, la misión de Bond ha de apartarse de lo que mandan sus jefes, un recurso tan utilizado a estas alturas que lo original sería que siguiera órdenes estrictas por una vez. En cuanto a una de las cosas más publicitadas de la película, la aparición de Monica Bellucci, ha quedado casi en un cameo. Una lástima que la policía antiarrugas tenga tanto poder: no se va a caer el mundo porque una mujer de 50 años tan sexy acompañe a Bond en sus aventuras. Ni que el fuera un pimpollo, apenas se llevan 3 o 4 años. Eso sí que sería renovar al agente secreto más famoso del mundo. A cambio, nos han plantado a Léa Seydoux, una insípida francesita (Madeleine Swann) que la señora Bellucci se podría desayunar cada mañana sin inmutarse. Intentan ponerla a la altura de Vesper, la chica que enamoró a Bond, pero no hay manera.
En fin, quejarse de que la saga Bond sea machista es quejarse de que el agua moje. Sin embargo, el villano principal de la película, Franz Oberhauser, (ya visto con otro nombre en otras películas de Bond mas antiguas, como Sólo se Vive DosVeces o Al Servicio Secreto de Su Majestad, entre otras) sí creo que se merece una crítica a pesar de que cumpla los cánones, desde su chaqueta cuello Mao que viste hasta su gato de angora. Y es que tener a Christoph Waltz de enemigo trae dos problemas. Uno, que siempre hace de villano sádico y nos aburrimos de verlo hacer siempre lo mismo. Segundo, que confían en las aptitudes del actor demasiado y no han trabajado ni la motivación del mismo, tan incoherente como inverosímil, ni el modus operandi. Si sigues a Bond desde siempre, ¿le vas dejar vestido mientras lo torturas sabiendo la de gadgets que oculta siempre? Difícilmente un hombre que comete esos fallos iba a llegar tan alto en el mundo del crimen... o en ningún otro.
A pesar de lo anterior, la película está rodada con un gusto exquisito, cuidando cada plano y cada escena. La acción es espectacular y no carece de emoción ni de problemas para Bond, aunque sepas de sobra que saldrá vivo de todas las situaciones. La presencia de Craig sigue siendo imponente, y desde luego podría seguir siendo Bond unos cuantos de años más si quisiera. Comienza posiblemente mejor que termina, y nos ahorra sorpresas en cuanto a los clásicos giros de no soy quien tu crees que eres. Antes de terminar, quisiera recalcar dos preguntas sin respuesta que conllevan spoiler.
WALTZ, UN VILLANO MAS PARÓDICO QUE CONVINCENTE...(Y AL QUE EL DOBLAJE NO HA AYUDADO) |
- ¿Cómo se le ocurre tanto a Bond como a Madeleine despedirse en mitad de la noche en Londres, cuando acaban de escapar de una organización poderosa de alcance mundial, que incluso se sienta en tu propia mesa, como dijo Mr White, el padre de la chica? Normal que la capturen.
- La piedad que muestra Bond con el tipo que ha aniquilado a sus seres queridos por una absurda rivalidad infantil, incluido el padre que lo acogió al quedar huérfano, ¿por qué no la muestra cuando liquida sin pestañear a montones de agentes de seguridad que la mitad no saben ni para quien trabajan? En mi opinión, ha sido un final demasiado obvio, con ese Franz arrastrándose por el suelo frente a él.
Teniendo en cuenta que Craig no planea volver a ser Bond (dice que preferiría cortarse las venas antes), y aunque esta no sea la mejor de las que ha hecho, tampoco es la peor. Cierra el broche de una manera digna, porque sigue mostrando su clase y cualidades para el papel. La película ha sido todo un éxito en su estreno, superando los 150 millones de dólares en todo el mundo. No va a ser fácil sustituirlo, sin él la película sería mucho, mucho peor.
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