Llevo como 25 años leyendo cómics de Los 4 Fantásticos. Supongo que eso os hará comprender hasta que punto esta ¿película? me ha podido disgustar. Dado que el estreno en España se ha retrasado hasta hoy, y ya está la red llena de críticas sobre la misma bastante acertadas, he querido aportar algo diferente: sustituir la crítica habitual de la película por un listado de los momentos más absurdos de la misma. De todas formas, si alguno de nuestros seguidores echa de menos la reseña habitual, se lo resumo en un momento: si, es tan mala como dicen. No merecía ni su estreno en cines, debió ir directamente a DVD como antiguamente. Os aviso (para el que le importe, que hay gente para todo) de que el siguiente listado está lleno de spoilers.
REED SUSPENDIENDO EN LA PRUEBA DE CIENCIAS EN 2014: La película comienza en 2007 con un Reed Richards en el colegio avisando de que va a crear una máquina para teletransportar cosas. El profesor y el resto de niños se rien de él. Pero llega el famoso experimento de ciencias que deben presentar los alumnos en el instituto, 7 años después. Y Reed, (pareciendo un padre más que un alumno, pero eso es otro tema) le presenta al mismo profesor su máquina y en toda su cara le teletransporta un avioncito de juguete... ¡¡¡Y el tío va y le suspende!!!¿Pero qué hay que hacer para aprobar con ese hombre? ¿Morirse y resucitar? Lo de que el profe me tiene manía va a ser cierto en este caso... lo malo es que Reed no parece tener padres ante los que poner excusas. Para ser un chico adolescente, no hay escena alguna en la que interactúe con su familia. Para irnos acostumbrando a lo mal contado que está todo lo que sigue...
BEN, EL AMIGO QUE NO HABLA: Ben Grimm y Reed Richards tienen una de las amistades más fuertes de la historia de los cómics. Llevar eso al cine no es fácil. Pero hacerlo tan mal, tampoco debe serlo. El Ben de toda la vida, el de la calle Yancy y el de la tía Petunia, era un fortachón seguro de sí mismo que ligaba sin problemas antes de ser La Cosa. Trabajaba de piloto de pruebas, así que tampoco en ese aspecto le iba mal. El que aparece aquí, le llega a Reed por los hombros y tiene la constitución de un lápiz. Su futuro laboral parece ser aguantar las palizas de su hermano en una chatarrería. Para rematar, la química entre Ben y Reed parece la de un camello y su cliente, dado los saltos y el nerviosismo que Ben muestra en las pocas escenas en que aparece. Pareciera que Jamie Bell intentaba salir lo menos posible viendo el bodriaco que se avecinaba antes que los sufridos espectadores.
SI LAS GAFAS SON PARA EVITAR DAÑOS EN LOS EXPERIMENTOS... ¿POR QUÉ SON DE DISTINTOS MODELOS? |
LAS ESCENAS Y LOS DIÁLOGOS DURANTE LA INVESTIGACION: Reed es un genio. Y Sue es una genio. Y Victor Von Doom es un genio. Y por supuesto, Johnny Storm, claro que si, de toda la vida, aquí hay cerebros de sobra. No entro en cómo esto se caga y se mea en la misma esencia de los 4F. Tampoco entro en qué hacen los demás que están en el Edificio Baxter, si aparte de ellos nadie sabe ni atarse un zapato. Entro en que esto se nos explica con unas escenas anodinas donde una sale mirando por un microscopio, otro con un ordenador, luego comen comida china juntos y ríen... Vamos, el que no se convenza que son unos cerebritos es que es tonto. Pero no solo son todos unos genios que te cagas, que va. Resulta que por ejemplo, Johnny es divertidísimo. ¿Y cómo lo sabemos? Porque aparece Sue, y le dice "es divertido tenerte en el grupo". ¿Os parece poco? ¿Qué queréis, que encima el chico diga algo gracioso en toda la película?
LA ESCAPADA A LA OTRA DIMENSIÓN: La máquina, igualita que la que transforma a Steve Rogers en Capitán América: El Primer Vengador, sale estupendamente con estos chicos tan espabilados. El problema viene cuando se les confisca el invento desde las altas esferas. No pasa nada. Reed, Johnny, Doom y el pobre Ben, al que Reed solo llama para arruinarle la vida e invitarle a algo que puede significar una muerte segura, se cuelan sin problemas, Total, un experimento de alto secreto que implica la total revolución del mundo que conocemos no merece ni un guarda jurado de centro comercial que lo custodie un poco. Así que los cuatro chicos se meten en la máquina y van a la nueva dimensión, que se ve muy emocionante con ese pasaje desértico...
EL QUE ESPERE QUE DE AQUÍ SALGA ALGO PARECIDO AL CAPITÁN AMÉRICA... PUEDE ESPERAR SENTADO |
LA PUERTA QUE NO CIERRA: Ay, amigo, pero poner la banderita patriótica (que ni la muestran, imagino que por pudor ante el peliculón) tiene un precio. Resulta que los genios que te llevan a otra dimensión con su gran invento, no son capaces de hacerle un puerta que cierre. Como el ascensor de mi piso, que se estropea cada semana. Así que nada, dejamos atrás esa idea tan anticuada de los rayos cósmicos que dan poderes, y la cambiamos por una puerta que no cierra a la mínima de cambio. Se habrá quedado a gusto el señor Trank y Kinberg con su aportación a la renovación de la cultura popular. Que gran verdad que Los 4 Fantásticos necesitaban un cambio ... sobre todo en quienes ostentan los derechos cinematográficos de estos personajes.
LA OTRA DIMENSIÓN... QUE ME LO ARREGLA TODO, TODO Y TODO: Los chicos llegan a esta otra dimensión, que es una oportunidad única para mostrar dónde se ha podido ir la millonada de presupuesto: grandes escenarios, un mundo que desafíe a la imaginación, seres asombrosos, una sociedad completamente diferente a la que conocemos.... Pero no. Lo que vemos de esa dimensión parecen diseños de las Crónicas de Riddick: un desierto con montañas y una sopa viscosa de color fosforito. Ni poniendo directamente la pantalla verde sería tan evidente que está detrás de los actores. Sin embargo este mundo, no sabemos por qué, va a solucionar los problemas del nuestro. No será porque nos podamos traer árboles de allí por lo que se ha visto. El cuento de que en el nuestro no hay energía hace tiempo que todos sabemos que no es cierto con el desarrollo de la energía solar, la geotermia, las mareas, etc. Y las desigualdades, y las injusticias, y las masacres, las guerras... todo lo arregla ese desierto radioactivo. Tan malo es el guión, que ni se han molestado en cambiar esa motivación tan manida como desfasada. Volvemos a lo de antes, qué mas da.
LOS MILITARES YA SABEN QUE NO HAY PELIGRO CON LOS PODERES: Los chicos vuelven transformados, y Sue de rebote también recibe lo suyo porque es la única que recibe en su ordenador que se ha activado la máquina teletransportadora. En vez de plantearse preguntas lógicas, como si morirán al poco tiempo de un cáncer fulminante visto lo que ha pasado, o si son radioactivos y mas vale alejarse de ellos un infinito, los militares van a lo suyo. Se colocan al lado de ellos y empiezan a hacer planes sin demasiado sentido.
VICTOR VON DOOM: Si el verdadero Doctor Muerte hubiera visto lo que han hecho con su personaje se habría vengado, y con razón, de todos los responsables. Y que conste que el actor, Toby Kebbell, es de los pocos que se esfuerza algo en la película por interpretar. ¿Cómo explicamos que el chico viene de Latveria? Pues que aparezca escrito en un documento, que se note que el presupuesto de la película pasa de los 100 millones de dólares. Que no digan los frikis que no se respeta el origen del personaje. La lucha épica por quedar por encima del intelecto de Reed queda en una minicharla sobre que este se ríe con Sue y eso no es profesional. Impactante. Pero encima, cuando el pobre chaval no vuelve de la otra dimensión, y aparentemente ha muerto, no le importa a nadie. No merece ni un ay, pobrecito, una mínima culpabilidad o una reflexión de su aparente fallecimiento.
TODO ES CON UN FIN DE USO MILITAR: Como si no estuviera bastante pasado de moda la motivación ecológica de la película, lo rematan con el uso militar que quieren dar a los 4F. Como si no hubiera ya misiles absolutamente eficaces, o drones que harían el trabajo mejor que todos ellos juntos. Pues nada, el gobierno tiene que ser el malo y los obliga a luchar en guerras que sin ellos ganarían igualmente, ya que ninguno de ellos es tampoco el Dr. Manhattan. Atención al uso secreto de Ben Grimm, al que todos podríamos ver con el Google Earth. Pero lo vuelvo a repetir, qué mas da...
LO ÚNICO QUE PODRÍA SOLUCIONAR ESA DIMENSIÓN ES QUE TODOS FUERAN FULMINADOS POR ESE RAYO |
LOS MILITARES YA SABEN QUE NO HAY PELIGRO CON LOS PODERES: Los chicos vuelven transformados, y Sue de rebote también recibe lo suyo porque es la única que recibe en su ordenador que se ha activado la máquina teletransportadora. En vez de plantearse preguntas lógicas, como si morirán al poco tiempo de un cáncer fulminante visto lo que ha pasado, o si son radioactivos y mas vale alejarse de ellos un infinito, los militares van a lo suyo. Se colocan al lado de ellos y empiezan a hacer planes sin demasiado sentido.
VICTOR VON DOOM: Si el verdadero Doctor Muerte hubiera visto lo que han hecho con su personaje se habría vengado, y con razón, de todos los responsables. Y que conste que el actor, Toby Kebbell, es de los pocos que se esfuerza algo en la película por interpretar. ¿Cómo explicamos que el chico viene de Latveria? Pues que aparezca escrito en un documento, que se note que el presupuesto de la película pasa de los 100 millones de dólares. Que no digan los frikis que no se respeta el origen del personaje. La lucha épica por quedar por encima del intelecto de Reed queda en una minicharla sobre que este se ríe con Sue y eso no es profesional. Impactante. Pero encima, cuando el pobre chaval no vuelve de la otra dimensión, y aparentemente ha muerto, no le importa a nadie. No merece ni un ay, pobrecito, una mínima culpabilidad o una reflexión de su aparente fallecimiento.
TRANK YA SABÍA QUE LO MÁS CERCA QUE IBA A ESTAR DE UN SITH ERA CON ESTE DR. DOOM... |
TODO ES CON UN FIN DE USO MILITAR: Como si no estuviera bastante pasado de moda la motivación ecológica de la película, lo rematan con el uso militar que quieren dar a los 4F. Como si no hubiera ya misiles absolutamente eficaces, o drones que harían el trabajo mejor que todos ellos juntos. Pues nada, el gobierno tiene que ser el malo y los obliga a luchar en guerras que sin ellos ganarían igualmente, ya que ninguno de ellos es tampoco el Dr. Manhattan. Atención al uso secreto de Ben Grimm, al que todos podríamos ver con el Google Earth. Pero lo vuelvo a repetir, qué mas da...
DOOM SE QUIERE QUEDAR EN LA NUEVA DIMENSIÓN... ¿POR QUÉ?: Viendo que nadie le ha echado de menos, se entiende un poco que el chaval no quiera saber nada de la dimensión en la que vivimos todos. Pero, sabiendo las condiciones de esa otra dimensión en la que ha estado un año, que ni se han molestado en llamar Zona Negativa, solo como un pimiento, vagando por el desierto con climatología extrema, y al borde continuo del colapso, no se entiende. Presume de poder, pero poder en ese mundo es como tener diamantes en el desierto, algo de lo más inútil. Encima, se le pega el traje al cuerpo, otra genialidad de Trank y Kinberg para actualizar suponemos al personaje. Eso de que él se lo fabrique no hay quien se le crea, ¿verdad? Eso si, casualmente llevaba la capa en la máquina transportadora, la cual se pone porque si, una de las escenas más flipantes de esta sucesión de imágenes, a la que llamar película es totalmente exagerado.
EFECTOS ESPECIALES... MALOS Y POCOS: Cuando uno va a ver una película de superhéroes, lo mínimo que debe tener garantizado son escenas de acción. Lo que pase entre medio ya te la juegas un poco más. De hecho, Michael Bay es el maestro. Otra cosa no, pero acción tienen sus engendros. Que ya estés dormido cuando aparecen escenas repetidas de acción de otras películas suyas en cada estreno que tiene, ya es un riesgo que sabemos que corremos. Sin embargo, aquí vemos unos efectos superados por los de la serie semanal The Flash. Que tienen una pantalla verde detrás se sabe todo el tiempo. Los poderes adquiridos se muestran de una manera paupérrima, con una Cosa que parece El Comerrocas de La Historia Interminable en pequeño, un Reed que da más grima que otra cosa las pocas escenas en las que se estira, y una Sue que apenas vemos empujar unas cajas, o suspendida en un campo de fuerza que casi parece una de esas bolas que hay ahora para que los niños se tiren rodando. Doom, que en los cómics obtiene los poderes de su traje, aquí parece Darth Vader, porque los poderes que le hemos visto son los de La Fuerza.
LA LUCHA FINAL: Ni el consuelo de la escena final tenemos. La batalla épica, emocionante y crucial que debe tener toda película de superhéroes, aquí se despacha en un momento. Doom mata a diestro y siniestro en el edificio Baxter, incluyendo al padre de Johnny y Sue. Vuelve a su dimensión y de camino intenta llevarse la nuestra, y que tengamos el clásico peligro global para la humanidad. Por eso vemos a unos cuantos corriendo junto a unos coches, para qué más florituras. Que se gasten el dinero en Los Vengadores y esas cosas. Los cuatro se ven luchando contra Doom, que no parece tener problemas en aplastarlos a todos. Por cierto, de repente no necesitan ningún traje para sobrevivir en esa dimensión, respiran tan tranquilos como si nada. Johnny se pone en llamas, será por todo el oxígeno que debe haber en esa dimensión, otro detalle del realismo que Trank quería imprimir a la franquicia. Sin saber cómo, se recuperan, se ponen a charlar mientras Doom no sabemos con qué se entretiene, porque mira que hay poco que hacer allí, y recibe el ataque conjunto como un saco que boxeo que, de repente, no tiene voluntad. Todo rodado con una total ausencia de ritmo y la gracia de un pisotón.
Después viene la parte humorística de la película, en la que plantean la posibilidad de que haya una continuación a esta vomitona. Afortunadamente, la taquilla es soberana y ha resultado ser el verdadero enemigo que no han podido combatir. Amén.
LA LUCHA FINAL: Ni el consuelo de la escena final tenemos. La batalla épica, emocionante y crucial que debe tener toda película de superhéroes, aquí se despacha en un momento. Doom mata a diestro y siniestro en el edificio Baxter, incluyendo al padre de Johnny y Sue. Vuelve a su dimensión y de camino intenta llevarse la nuestra, y que tengamos el clásico peligro global para la humanidad. Por eso vemos a unos cuantos corriendo junto a unos coches, para qué más florituras. Que se gasten el dinero en Los Vengadores y esas cosas. Los cuatro se ven luchando contra Doom, que no parece tener problemas en aplastarlos a todos. Por cierto, de repente no necesitan ningún traje para sobrevivir en esa dimensión, respiran tan tranquilos como si nada. Johnny se pone en llamas, será por todo el oxígeno que debe haber en esa dimensión, otro detalle del realismo que Trank quería imprimir a la franquicia. Sin saber cómo, se recuperan, se ponen a charlar mientras Doom no sabemos con qué se entretiene, porque mira que hay poco que hacer allí, y recibe el ataque conjunto como un saco que boxeo que, de repente, no tiene voluntad. Todo rodado con una total ausencia de ritmo y la gracia de un pisotón.
Después viene la parte humorística de la película, en la que plantean la posibilidad de que haya una continuación a esta vomitona. Afortunadamente, la taquilla es soberana y ha resultado ser el verdadero enemigo que no han podido combatir. Amén.
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