La cadena temática SyFy fue, durante algunos años, el abanderado en televisión de la ciencia ficción televisiva de calidad. Series como el reboot de Battlestar Galactica y su fallida precuela, Cáprica, eran referentes en cuanto a ciencia ficción televisiva. Tras el fracaso de Cáprica, años mas tarde, llegaría Defiance, una serie en la que se depositaron muchas esperanzas, pero pronto comprobamos que no llegaba a la calidad de Battlestar Galactica, ni mucho menos. Con Helix, precisamente con Ronald D. Moore, productor de Galactica, como productor ejecutivo, parece que la cadena quiere retomar esa ciencia ficción seria y de calidad a la que antaño nos tenía acostumbrados. Pero, ¿ha colmado nuestras expectativas?
Tras producirse unas muertes por una supuesta cepa vírica en unas instalaciones de investigación del Ártico, un equipo del Centro de Control de Enfermedades de Atlanta decide tomar cartas en el asunto. El Dr. Farragut (Billy Campbell) dirige el equipo, el cual tendrá que trabajar contra reloj para encontrar un remedio a la extraña enfermedad, entre cuyos afectados está su propio hermano Peter. Las instalaciones están dirigidas por el inquietante Dr. Hatake (Hiroyuki Sanada, Lobezno Inmortal), quien no parece estar demasiado interesado en que la situación se investigue en profundidad.
Pues si, parece que el canal SyFy ha retomado el género que le da nombre con una serie sobre epidemias, que no sobre zombies, como ya advirtieron sus creadores en unas recientes declaraciones ante las reacciones de los fans a los primeros trailers. La cadena ha estrenado la serie emitiendo un doble episodio, seguramente para que el impacto en la audiencia potencial fuese mayor. La verdad es que Helix es precisamente lo que prometen, una serie sobre un brote epidémico en un grupo relativamente pequeño de personas y en un espacio cerrado y aislado del mundo exterior. Muchas escenas recuerdan a otras ya vistas en multitud de películas y series de la misma o parecida temática. Incluso, algunas escenas son guiños u homenajes obvios a películas de peligros en espacios cerrados como Alien: El Octavo Pasajero (el protagonista recorriendo los conductos de ventilación), los monos de 28 Días Después, La Amenaza de Andrómeda, o series como Expediente X (el limo negro que destilan las víctimas del virus).
Las interpretaciones del elenco de actores no destacan especialmente ni por buenas ni por malas, solo adecuadas para la historia que nos quieren contar. En cuanto a la factura visual, obviamente mucho pasillo, laboratorios y alguna que otra pantalla verde. El situar la acción en el Ártico ha sido una buena elección, ya que un desierto de hielo y nieve es siempre un decorado efectivo y barato. Quizás se le pueda achacar a la serie una cierta monotonía en lo que a los escenarios se refiere, pues lo personajes no salen del recinto en ningún momento, algo que a la larga puede hacer el visionado del show algo repetitivo. Sin embargo, la historia consigue no aburrir en ningún momento, lo que ya es decir mucho en los tiempos que corren. A la amenaza del virus se le suman otros interesantes factores, como los misteriosos experimentos que se llevaban a cabo en los laboratorios, la ambigüedad de ciertos personajes, o ciertos indicios de que tras todo el asunto puede haber algo aun de mayor calado que una simple experimentación que se ha ido de las manos. Puede que nombre como los de Lynda Obst (Contact) o Steven Maeda (Expediente X, Perdidos), productores ejecutivos del show, sean un indicio que apunte a que tras el la infección pueda haber algo muchísimo mas inquietante y peligroso para la raza humana.
Quizás lo mas prescindible del show sea esa especie de triángulo amoroso que nos han querido colar, compuesto por el Dr. Farragut, su ex-mujer Julia (Kyra Zagorsky), y la Dra. Jordan (Jordan Hayes), algo cargado de tópicos (¿cuántas veces hemos visto a la pupila veinteañera enamorada de su mentor cuarentón?). Si a ello le unimos que Julia le fue infiel a Farragut con su hermano Peter, casualmente uno de los infectados que ha sobrevivido al virus, la trama amorosa se vuelve aun mas innecesaria, increíble y... bizarra.
También se cae en ocasiones en errores de bulto muy habituales en historias similares a esta, como el típico científico que se quita el traje protector cuando no debiera, el que se queda solo cuando hay un asesino potencial rondando suelto por las instalaciones, pinchar con la misma jeringuilla a varias personas sin cambiar la aguja con la que se les inserta un chip localizador...
La primera temporada de Helix contará con 13 episodios, aunque aun no me imagino como van a alargar tanto la premisa que se nos ha contado en estos dos primeros episodios. En teoría, los planes de los responsables del show es que cada episodio equivalga a un día en la serie, es decir, 13 días, mucho tiempo para una serie ambientada en un lugar aislado del mundo y donde trabajan 120 personas. ¿Qué nos van a contar aparte de la paulatina infección de los científicos de la base? Si los responsables del show no querían hacer algo que pareciese una serie de zombies, por ahora están fracasando.
Helix podría haber sido una estupenda miniserie, de unos cuatro o cinco episodios, en los que se nos contara, de una manera mas condensada y con mayores medios, una historia que, sin estar mal, ya se nos ha contado con infinidad de variaciones. Aun así, hay que darle a la serie una oportunidad de que desarrolle sus tramas porque, aun sin ser una maravilla (no es la nueva Galactica ni de lejos) el show cumple con su función de entretener, con multitud de guiños aquí y allá a películas y series como las mencionadas mas arriba.
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