En esta primera temporada de The Americans, recién emitida en España en el canal de cable FOX, hemos podido comprobar el día a día de una pareja de espías rusos en la guerra fría, Elizabeth (Keri Russell) y Phillip (Matthew Rhys), infiltrados en Estados Unidos como una familia media con dos hijos. Curiosamente, entablarán amistad con su vecino, el agente del FBI Stan Beeman (Noah Emmerich), su esposa Sandra (Susan Misner) y su hijo. Sus operaciones secretas, sus relaciones y sus problemas han sido el eje de la primera temporada de esta serie.
Francamente, esta serie me parece de las mejores del año con unos medios que no van mas allá de unos guiones excelentes. Los pocos problemas que presentó el piloto, como la excesiva frialdad de Elizabeth, o una ambientación algo corta, han sido subsanados ya desde el segundo capítulo. La acción que nos han ofrecido no ha sido tecnológica o de grandes efectos. Es más, no han habido efectos de ningún tipo. Estamos en los 80 y no había ni móviles para comunicarse al momento. Esto ha dotado a todo lo que hemos visto de una pátina de realidad que no ha hecho sino incrementar la emoción de las escapadas en coche, las peleas cuerpo a cuerpo, y las amenazas o triquiñuelas a las que han tenido que recurrir para llevar a cabo sus misiones. Ahora que con la informática y la tecnología te tienes que creer todo lo que consigan con ellas en otras series, esto resulta realmente refrescante.
ELIZABETH Y PHILLIP, UNA PAREJA EN EL TRABAJO Y, A VECES, FUERA TAMBIÉN |
Todos los personajes y sus psicologías están muy cuidadas. Nadie está por rellenar minutos o porque sí. Eso hace que ninguna trama nos sobre o no nos resulte interesante: la esposa de Stan y su sensación de estar abandonada por su marido; la culpabilidad de este y su irresistible atracción por Nina (Annet Mahemdru); las decisiones de ésta y su doble (¿o triple?) juego justificado por los sucesos que va viviendo y las víctimas que van cayendo; cómo algunas víctimas vencen el miedo y actúan en consecuencia, como la criada que confiesa al FBI lo que le obligaron a hacer...
La única casualidad conveniente es que los Jennings y los Beeman sean vecinos. Esto nos ha venido tan bien para el desarrollo de la historia, que ni me sorprendería que hubiera pasado en la realidad algo parecido. De hecho, el creador de la serie, Joe Weisberg, fue agente de la CIA. Habrá que preguntarle.
NO SE PUEDE TENER MEJOR DISFRAZ PARA LLEVAR A CABO MISIONES PARA EL KGB |
No podemos olvidarnos de las víctimas de esta pareja. Por un lado, Gregory (Derek Luke), que por ser un mártir antisistema (si hubiera sido ruso, habría sido un proamericano) decide inmolarse. O Amador (Maximiliano Hernández), que cae por una confusión amorosa. Y cómo olvidarnos de la pobre Martha (Alison Wright), que veremos cómo reacciona cuando se entere de que toda su vida amorosa es mentira. La pobre es la víctima perfecta de todos los entrenamientos de seducción de Phillip. Puede ser más peligrosa que todo el FBI para éste cuando se entere de todo. ¿Que cómo no sospecha ya algo con las cosas que le pide? Pues igual que tu amiga no sospechaba que su novio le estaba sacando todo el dinero mientras sucedía. A eso, añadid a los que estaban en el sitio equivocado en el peor momento posible, como el policía al que Elizabeth dispara a bocajarro.
LAS IDEAS REVOLUCIONARIAS UNEN MUCHO... AUNQUE NO SEPAMOS CUÁLES SON |
Aunque la excesiva frialdad de Elizabeth se corrigió, no deja de ser una mujer dura. Lo que sí necesitaría es que nos explicaran mejor sus motivaciones. La URSS en los 80 eran un desastre y unos pocos disfrutaban a costa del sufrimiento de muchos. Ellos llevan una cómoda vida en Estados Unidos. ¿Cuál es la propaganda en la que ella creía para seguir haciendo lo que hace? Como en todo, tanto USA como la URSS tenían cosas buenas y malas. Pero no vemos claro qué ve ella mal en USA y que idolatra del sistema que había en la URSS. Phillip en cambio se ve que le mueve su sentido de la obligación, y que ella tira de él. Si por él fuera, se quedaban con la agencia de viajes que hace de tapadera y su familia tan feliz. Lo mismo podemos decir del FBI, porque tampoco vemos los grandes valores que ellos creen defender. Han decidido evitar cualquier tipo de propaganda por ambos lados, lo cual está bien como tono de la serie, pero tiene gracia que la veamos en series que nada tiene que ver con esta temática y no dónde tendría más sentido.
NINA, UNA BELLEZA RUSA QUE DECIDE VIVIR SIN MIEDO Y CONSECUENTEMENTE |
El tira y afloja del romance del matrimonio Jennings también sería lo menos relevante de la serie, pero tampoco es algo que moleste. Sencillamente, es algo que destaca menos en el gran conjunto.
El final de la serie ha sido tranquilo hasta cierto punto, no nos han dejado con un gran cliffhanger hasta el año que viene. No hace falta, todos sus episodios te dejaban con ganas de más y más recurriendo a tramas y subtramas consecuencias de aciertos y errores de sus protagonistas. Como la vida misma. Ahora que Homeland produce vergüenza ajena en su tercera temporada, si tenéis mono de un thriller de calidad que te atrape sin trucos, de verdad que tenéis que verla.
Y digo esto porque aunque en Estados Unidos la audiencia ha respondido, en España no ha conseguido destacar casi ni el estreno. Es cierto que han tardado muchísimo en estrenarla, pero merecía mucho más. No se si una mala promoción, o que muchos ya la habían visto, ha podido influir.
Esperemos que la segunda temporada, tras su estreno en USA, llegue pronto a España, y consiga destacar como lo que es, una de las mejores series dramáticas actualmente en emisión.
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