El
Mentalista comenzó con buena prensa, un procedimental con un hombre desesperado
al frente, irónico y con ese punto de amargura del que no le importa saltarse
las reglas o la opinión de los demás. A
Simon Baker lo había visto
anteriormente en
El Guardián, en el papel de joven abogado sin sentimientos que
poco a poco descubre que sí, que los tiene. En
El Mentalista, la historia gira en torno a
Patrick
Jane, un supuesto médium que ha perdido a su esposa e hija a manos de un asesino
en serie tras burlarse de él en un programa de televisión y, en cuanto tiene la
oportunidad, se involucra en la investigación. Consigue ser el Sherlock Holmes
del grupo que se encarga de los homicidios de la zona de Sacramento, California,
dando la impresión que antes de su aparición y su unión a la brigada que lidera
Teresa Lisbon (Robin Tunney, “Prison Break”), ésta no encerraba ni un solo
asesino.
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LA BRIGADA AL COMPLETO |
Si bien el principio de la serie estuvo bastante bien,
Simon sabe cómo hacer de simpático y la trama era ágil y entretenía, a partir de la tercera temporada (ya lleva cinco y se espera otra mas) comenzó a flaquear con bastante evidencia. El tal
“John el Rojo” parece demasiado escurridizo para
Jane, maneja los hilos sin darnos muchas pistas sobre cómo lo hace, sólo ocurren. Y, la verdad, que el protagonista no conozca nada del asesino a lo largo de cinco temporadas, vale, pero los espectadores queremos saber cómo se las ingenia para darle esquinazo a
Jane.
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¿ES ESTE JOHN EL ROJO? ALGÚN DÍA LO SABREMOS |
Jane se pasa ahora el tiempo que no está “investigando” un caso, encerrado en una especie de desván de la propia comisaría, pero nada vemos sobre los adelantos de su investigación sobre el asesino en serie, no sabemos pues cómo ha llegado a dar con los siete candidatos. Los casos que llegan mientras tanto, apenas son lo suficientemente interesantes como para hundirnos en el sillón y disfrutar de una buena trama. Sólo de vez en cuando algún episodio nos sorprende y nos hace seguir apegados a la serie.
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SIMON BAKER APENAS DEJA ESPACIO EN LA SERIE PARA LOS DEMÁS ACTORES |
Será por no dejarnos sin averiguar quién es el dichoso John el Rojo que, a pesar de la pérdida continua de espectadores, están dispuestos a embarcarse en una sexta temporada, Yo espero que nos den a conocer más intensamente las vicisitudes de sus compañeros de fatigas. Me gusta
Kimball Cho (Tim Kang), con él sí tuvimos unos capítulos interesantes que parecen olvidados, es el serio del grupo, aunque ya sabemos que tiene corazón. La pelirroja
Grace (Amanda Righetti) no puede negar que ha sido mamá (o eso espero) así que ha trabajado poco esta temporada, y a
Teresa se la ve cada día más aburrida, como el mismo
Jane, que parece ir perdiendo fuerza capítulo tras capítulo, mientras al resto del equipo se les ha ido quitando protagonismo cuando, evidentemente, también deberían tener su propio espacio. No sé si tendrá que ver en la variabilidad de calidad de los episodios el hecho de haber tenido hasta 16 directores en la cuarta temporada (15 en la primera), llegando a serlo el mismo
Simon, o 10 guionistas en la segunda, por ejemplo. Al menos el compositor de su banda sonora,
Blake Neely (Arrow, Pan Am), es el único que no varía.
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ESPEREMOS QUE GRACE RECUPERE SU FIGURA LA PRÓXIMA TEMPORADA |
Ahora que acaba la quinta temporada, se despide con un par de episodios donde se reaniman las ansias de venganza de Patrick. Así que nada, si os van las series procesales sin complicaciones, ligeras, aquí tenéis una. Yo seguiré la nueva temporada por si hay novedades, quien sabe, quizá retomemos el interés de los primeros episodios.
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