HANSEL Y GRETEL: CAZADORES DE BRUJAS. LA CRITICA

Sin tener una idea clara de lo que íbamos a ver, nos plantamos en el cine a ver Hansel y Gretel, Cazadores de Brujas. La película comienza con dos hermanos, un chico, Hansel (Jeremy Renner) y una  chica, Gretel (Gemma Arterton) siendo abandonados en el bosque por su padre. Terminan en casa de una malvada bruja que se los quiere comer. Hábilmente, los dos niños se libran de ella y escapan. Años después, han convertido esa habilidad en su medio de vida, librar a los diferentes pueblos de las brujas que los acechan.

Cuando una de las virtudes que se te ocurre decir de una película es que es corta (dura 88 minutos), mal vamos. Y es que uno sale del cine sin saber claramente qué es lo que se proponían contarte los que la han producido. El título da a entender que es un producto que los niños pueden ver para tranquilidad de los padres, como las últimas producciones que versionan cuentos infantiles (Mirror, Mirror, Blancanieves y el Cazador...) Pero nada más lejos de la realidad. 

¿PERO DE QUÉ VA ESTE GUIÓN?

Hansel y Gretel, que de pequeños se llevan un par de años como mucho, de mayores son interpretados por actores que se llevan 15: Renner es del 71 y Arterton del 86. Primera señal de que la coherencia no existe en esta película. La historia que nos cuentan, no tiene emoción alguna. Las brujas son muy malas y raptan a los niños de los pueblos, pero no vemos apenas a esos niños, con lo cual, la empatía con esa situación es prácticamente nula. Los supuestos secretos de familia, el admirador de la pareja, las batallas que vemos, la historia de amor...nada emociona ni interesa de lo mal hilado que está.

¿SUENA EL TOCADISCOS MIENTRAS TE QUEMAN POR BRUJA? MENUDO DESFASE

Desnudos, palabras malsonantes, mutilaciones varias y violencia sin tapujos no la hace apta para los mas jóvenes. Pero tampoco apuesta por el público adulto, ya que ni es una comedia, al menos para el espectador, ni tampoco una gamberrada a lo Tarantino, aunque se inspiren en su estilo violento. Parece un intento de buddy-movie, por la relación que pretende establecer entre los dos hermanos, dando golpes a diestro y siniestro, pero tampoco lo consigue. Podría parecer una parodia, ya que estando  ambientada en el siglo XVIII por las ropas y la temática, aparecen desfibriladores, tocadiscos, jeringuillas de insulina y un equipo de armamento propio de G.I. Joe. Pero se olvidaron de lo más importante: diálogos que hagan gracia. No hay ni uno en toda la película. Ni uno, creedme. Lo único que consiguen con esas apariciones sin sentido es sacarte aun más de una historia en la ni has entrado.

ESCENA MÁS PROPIA DEL OESTE QUE DE LA EDAD MEDIA

La dirección de Tommy Wirkola se siente muy desganada, y para rematar, el montaje es penoso. Vemos los personajes en una escena, y de repente están en otro lugar, sin explicación alguna de cómo han llegado allí. Como espectador, me he sentido tratado como un idiota.

FAMKE JANSSEN PARECE UNA BRUJA DE VERDAD QUE REJUVENECE CON EL TIEMPO

Por destacar algo bueno, me quedo con la cabecilla de las brujas, Muriel, interpretada por una Famke Janssen que a sus 48 años luce más joven y guapa que hace más de 10 años en X-Men. También la actuación de Gemma Arterton, que hace lo que puede y da el tipo de luchadora. El troll está muy bien hecho, y  las brujas que salen también, pues son de las más feas que hayáis visto. Poco más. 

No es lo peor que he visto en un cine, ya que aunque la ves pasar sin pena ni gloria, no llegas a la indignación ni a mirar el reloj más de dos o tres veces. Lo que pasa es que más que una película, parece una apuesta de alguien de Hollywood dispuesto a demostrar que podría colar cualquier estupidez a un ejecutivo si llevaba en el título el nombre de un cuento popular. Y, como en algunas comedias, la apuesta habría terminado en las carteleras de medio mundo.