Con el
Club Fuego Infernal empieza el segundo acto de la saga
de
Fénix Oscura, de nuevo de tres episodios, que transcurre por entero en la
sede de este particular club. Para esta ocasión
Chris Claremont calca uno de
sus episodios favoritos de
Los Vengadores (los de la televisión inglesa, no los
héroes más poderosos de la tierra).
“Un Toque de Azufre” (1966) enfrenta a
John
Steed (Patrick McNee) y a
Emma Peel (Diana Rigg) a un grupo de millonarios
excéntricos que regentan un club victoriano en el que se visten de época y
celebran orgías (bueno, esto último se sobreentiende, porque la censura de la
época tampoco daba para mucho).
Steed no tarda en descubrir que, tras la
fachada de hedonismo, existe una
Asamblea de Superiores, miembros selectos del club que se reúnen con el fin de derrocar el gobierno y controlar el país.
Peel, por su parte, seduce al jefe del club y se infiltra en él, para lo que se
viste con lencería negra y es calificada como
Reina del Pecado. En el
Club
Fuego Infernal de
Claremont también se disfrazan de época y hay una cúpula
oculta conspirando para conquistar el mundo y el proceso de seducción de
Jean
Grey culmina con una indumentaria similar a la de
Peel y su nombramiento como
Reina Negra. No acaban aquí las similitudes, todos los personajes del tebeo
tienen alguna característica, ya sea el nombre o el aspecto físico, que lo
asocia a su equivalente en la serie de televisión.
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EL CLUB FUEGO INFERNAL DE LOS VENGADORES (Y UNA APETECIBLE DIANA RIGG) |
El mencionado cambio de bando de
Fénix propicia la derrota
de los
X-Men a manos del
Círculo Interno del club.
Jason Wyngarde es la
identidad que se ha creado
Mente Maestra para seducir a
Jean. La primera
aparición del personaje se produce en
Uncanny X-Men #122, donde
Claremont y
Byrne se permiten insinuar su verdadera identidad en el mismo momento en el que
aparece a través de la silueta de su sombra, ya que cuentan con que los nuevos
lectores que se han unido al cómic desde la
Segunda Génesis nada saben del
villano. Las alucinaciones que empieza a protagonizar
Jean aumentan en
intensidad y sofisticación, fantasías no exentas de una cierta
sexualidad.
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ATENCIÓN SPOILER. JASON WYNGARDE ES...¡MENTE MAESTRA! |
Esta acto de la saga supone también un importante punto de
inflexión en un personaje que siempre se había mantenido en un segundo plano
pero que no tardaría en convertirse en uno de los más populares de la
editorial.
Lobezno, que había sido ignorado por
Cockrum, el anterior dibujante,
llama la atención de
Byrne. Al final de
Uncanny X-Men #132 es arrojado a las alcantarillas y dado por
muerto. En la última viñeta,
Logan emerge de las aguas, sucio y furioso, y tras
sacar sus garras promete venganza. En el siguiente episodio, se lanza contra
uno de los soldados del
Club y lo destripa sin la menor contemplación.
Lobezno
siempre había sido calificado como un psicópata asesino y no era la primera vez
que mataba, pero sí la primera vez que lo hacía de forma explícita.
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LA PORTADA LO DICE TODO: ¡LOBEZNO DESATADO! |
Un duelo de espadas en el plano psíquico entre
Ciclope y
Wyngarde (inspirado también en otro similar que tiene lugar en la serie televisiva)
propiciado por el lazo psíquico que establece con
Jean en el desierto de
Arizona, en lo que se insinúa es la primera experiencia sexual de la pareja, acaba con la derrota de
Cíclope y su muerte
aparente, lo que saca a
Jean del trance en el que se hallaba sumida. El
Círculo
Interno no tarda en caer por la fuerza bruta o la destreza de los
hombres-X,
pero aparecen ciertos signos de fatalidad relacionados con
Jean.
Fénix sumerge
a
Wyngarde en la locura con un sadismo que hace palidecer al demostrado por
Lobezno en las páginas anteriores. La última página de
Uncanny X-Men #134 sirve
de preámbulo a lo que se viene orquestando desde casi un año atrás, una
Fénix
demoníaca, que ha cambiado el color verde por el rojo en su indumentaria, repite las palabras que la vieron nacer:
“¡Escuchadme, Patrulla-X! ¡Ya no soy la mujer
que conocisteis! ¡Soy fuego! ¡Soy vida encarnada! Ahora y siempre. ¡Soy Fénix!"
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