Hay que comenzar la reseña de este episodio diciendo que me ha gustado. Me ha gustado más que el episodio anterior porque hay enfrentamiento entre los protagonistas y aparecen muchos zombies. El capítulo comienza mostrándonos una escena de algo que sucederá casi al final del episodio, una situación límite en la que Rick (Andrew Lincoln) y Shane (Jon Bernthal) se ven sobrepasados por las circunstancias.
Nada más comenzar vemos como una horda de zombies acorralan a Shane en un autobús, solo armado con un pequeño cuchillo. A partir de ahí, los créditos iniciales y la trama del capítulo contada linealmente. ¿Cómo llegan Rick y Shane a tal situación? Eso es lo que flojea un poco. Hay que reconocer que el inicio del episodio es impactante, repitiendo una fórmula ya usada en un episodio anterior, es decir, introducir un flashback para incrementar el interés del público de la serie por cómo se ha llegado a ese clímax. El recurso les funciona, la verdad.
EL INICIO DEL CAPÍTULO YA CONTIENE MÁS ZOMBIES QUE EL RESTO DE LA TEMPORADA |
Pero tras dicha escena y los créditos comienzan a chirriar algunas cosas. A partir de aquí vienen spoilers, así que nadie se queje de que no he avisado de ello. Ha pasado una semana desde los sucesos relatados en el anterior episodio y Rick y Shane se disponen a abandonar a su suerte al chico que salvan de morir devorado por los zombies al quedar ensartado en la valla. Rick hace un alto en el camino y, simbólicamente, detiene el vehículo en una encrucijada. Allí decide encararse con Shane y poner las cartas boca arriba sobre la muerte de Otis, sobre Lori (Sarah Wayne Callies) y sobre cómo hay que hacer las cosas. Es una buena escena que tiene como objeto reforzar el liderazgo de Rick ante Shane, el cual le había usurpado tal posición desde hacía muchos episodios.
Sin embargo, la escena pierde un poco de credibilidad cuando Shane admite el sacrificio de Otis tan rápidamente. ¿Por qué se confiesa? Podría haberlo negado ya que nadie tiene pruebas de ello. La escena de la encrucijada termina con la rendición de Shane ante los argumentos de Rick. El momento está cargado de tensión dando la impresión de que en cualquier momento Shane hubiera actuado en contra de Rick. Pero nada sucede, aparte de acatar las nuevas normas de Rick. Mientras se dirigen a su destino vemos como Shane observa un zombie solitario caminando por un campo mientras Rick hace planes ante la llegada del invierno, algo así como una metáfora de como cada uno de ellos ve la situación real.
QUÉ MEJOR QUE UN CRUCE DE CAMINOS PARA PONER LAS CARTAS SOBRE LA MESA |
Mientras, en la granja Hershel, la acción se reparte únicamente entre cuatro personajes: Maggie (Lauren Cohan), su hermana Beth (Emily Kinney), Lori y Andrea (Laurie Holden). No aparece nadie más. ¿Dónde están? No lo se. Veo una pirueta extraña por parte de los guionistas el no hacer aparecer a nadie más del grupo en el capítulo. Ni siquiera Hershel, que tiene que curar a su hija herida, aparece en el capítulo, el peso del argumento lo soportan estas cuatro mujeres. Aquí es donde vemos la segunda gran inconsistencia de la semana. Beth, un personaje bastante secundario, ha centrado a su alrededor la trama del episodio con sus ansias por dejar este mundo quitándose la vida e, incluso, intentando convencer a su hermana Maggie para que la acompañe. ¿Es esto coherente? El suicidio no puede racionalizarse, es algo que nace de una situación límite y sale de las entrañas. Además, Beth no puede quejarse porque ella solo ha perdido a su madre, aun conserva a su padre, hermana y resto de la familia, algo que no puede decirse del resto de supervivientes. Si estuviera viendo una película de Sofía Coppola quedaría hasta bien, pero aquí...
TODA LA HISTORIA DE BETH ME PARECE MAL LLEVADA |
El tema de Beth ha sido lo más flojo del episodio sin duda alguna y me hace sospechar que todo ha sido una invención de los guionistas sólo como contrapunto a la tensión de Rick y Shane con los zombies. Bueno, quizás ha servido para presentarnos a una Andrea que toma una decisión que hubiera podido costarle la vida a Beth. La jugada le sale bien, pero a costa de ganarse la enemistad de Maggie.
Y mientras en la granja hay alguien que se ha dado por vencida ante la vida, Rick y Shane luchan por sobrevivir ante una horda de zombies hambrientos. Esta situación viene motivada por la discutible decisión de Rick de abandonar maniatado y a su suerte al chico que salvó la semana pasada. ¿Para qué lo salvó si ahora lo deja a merced de los caminantes? Para colmo, el chico parece conocer a Maggie, lo que causará que tengan que plantearse eliminarlo directamente para que no los delate a su grupo. Y ahí es donde Shane toma una de sus decisiones salidas directamente del estómago, disparándole. La tensión acumulada tras la conversación en la encrucijada salta como un resorte y ambos pelean a muerte, hecho que no llega a suceder gracias a la irrupción de una marea de zombies que hasta ese momento deberían estar dormidos.
LA VISIÓN QUE HACE CAMBIAR DE IDEA A RICK |
Una de las escenas más simbólicas del episodio es cuando Rick, tras abandonar a Shane a su suerte, ve a los dos policías zombies muertos. Dos policías como lo eran él y Shane hace no mucho tiempo. Entonces se da cuenta de lo que han compartido juntos y decide volver a por su amigo. Lo que en un principio nos parece una nueva incoherencia, el abandono de Shane, llevándose al chico en su lugar, se deshace con un espectacular rescate por parte de Rick. El capítulo termina prácticamente como empezó, con el chico en el maletero (esa escena con la cámara dentro del maletero recuerda a las películas de Tarantino) y ambos amigos decidiendo qué hacer con él.
UNA ESCENA QUE APARECE EN PULP FICTION Y EN ABIERTO HASTA EL AMANECER |
En resumidas cuentas, un episodio movidito y repleto de zombies, pero con algunos puntos más que cuestionables en su guión. La historia que gira alrededor de Beth es bastante prescindible a mi entender, bastante floja en comparación con los sucesos que les ocurren a Shane y Rick.
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