La verdad es que tras recelos iniciales hemos ido a ver la cuarta entrega de la saga Mission: Impossible...y nos hemos divertido mucho. La primera película de imagen real del director Brad Bird ha resultado ser un espectáculo visual francamente entretenido y trepidante, con una realización eficiente, a la altura de las mejores películas del cine de acción.
Por mucho que pensemos que Tom Cruise tiene una especie de trauma porque todavía no ha interpretado a ningún superhéroe, en esta película casi hace de uno. Y a ello ayuda la dirección de Brad Bird (Los Increíbles, El Gigante de Hierro), pues la película entera esta plagada de escenas propias del mejor cine de superhéroes. ¿Veremos a Bird dirigir uno de los futuras adaptaciones de los héroes del cómic? Sin duda, creo que lo haría muy bien porque esta entrega de Mission: Impossible no es que carezca de defectos, pero la lentitud no está entre ellos.
En esta nueva entrega de la saga iniciada por Brian De Palma en 1996, vemos como el agente secreto Ethan Hunt (Tom Cruise), emula en una de las escenas iniciales uno de los clichés más repetidos en el cine carcelario: la famosa escena de La Gran Evasión (1963) en la que Steve McQueen hace rebotar una pelota en su celda una y otra vez. Tras una rocambolesca huida, cronometrada al ritmo de una canción de Dean Martin, recurso utilizado por Bruce Willis en la película El Gran Halcón (1991), el agente Hunt y su nuevo equipo se ve envuelto en una trama que llegará incluso a superarlos, con destrucción del Kremlin incluida. Cruise, como es habitual en sus películas, vuelve a rodearse por un elenco de actores que no le robe el protagonismo. Simon Pegg (Star Trek), Jeremy Renner (Los Vengadores) o el actor sueco Michael Nyqvist (Millenium) no son precisamente estrellas que puedan robarle a Cruise ningún plano.
El que sí podría haberle robado algún que otro plano es sin duda alguna Josh Holloway (Lost), que aparece sólo al inicio de la película. Para mi gusto, Holloway le habría dado una mejor réplica a Cruise que Renner, este último con una actuación adecuada pero que no logra hacer sombra a la estrellona de Cruise, algo que creo no debe ser muy difícil. Simon Pegg...hace de Simon Pegg, el contrapunto cómico de la película que, cual "Q" es capaz tanto de hackear un sistema informático como de fabricar un traje anti-gravedad. Nyqvist, el actor sueco de la saga Millenium original (no la de David Fincher), hace de villano arquetípico, sin más elementos que den algo de profundidad a su personaje. La atractiva agente Jane (Paula Patton) y la asesina Sabine (Léa Seydoux) aportan el toque femenino, necesario en toda película de acción que se precie. Por cierto, no perdamos de vista a la californiana Paula Patton (Dèjá vu), una actriz que reúne muchas cualidades para interpretar a cualquier superheroína afroamericana que se os ocurra. Incluso hay algunas en las que me recordó una Jennifer Walters (Hulka) negra. ¿No han cambiado de raza a Nick Furia?
Los personajes estereotipados son, a la vez, lo mejor y lo peor de esta película. Desde el minuto uno ya sabemos quiénes son lo que dicen ser y de quiénes podemos esperarnos alguna sorpresa, buena o mala. No vamos a encontrarnos en Mission: Impossible 4 personajes profundos o de tonos grises, tan solo los estereotipos típicos del cine de acción de toda la vida. Y ello, que podría ser un lastre para la película, se convierte en todo lo contrario, pues Bird se deshace de cualquier adorno dejando a los personajes de su película como meros figurantes que se dejan arrastrar por el torrente de acción que se desarrolla ante nuestros ojos.
Entre las impactantes escenas de acción se incluyen las que son casi una marca de la franquicia: Tom Cruise escalando algo, ya sea un edificio o una montaña, y a uno de los protagonistas descolgándose de manera espectacular desde algún lugar elevado. Parece como si a los guionistas de esta saga se les exigiera introducir este tipo de escenas en todas las películas, algo parecido a lo que hacen con los mensajes de las misiones que se auto-destruyen, solo que esto último sí aparecía en la serie original creada por Bruce Geller.
¿Recomiendo ir a ver Mission: Impossible-Protocolo Fantasma? Sí, a pesar de Tom Cruise. No es que sea tan mal actor, pero no parece aceptar que debe dedicarse a interpretar otro tipo de papeles alejados del típico héroe de acción. Pero mientras él sea uno de los productores del film creo que se reservará el papel protagonista en las hipotéticas próximas películas de la saga, así que tendremos Cruise haciendo de Ethan Hunt para rato. Los 133 minutos que dura la película no se hacen pesados en ningún momento y, aunque la historia que se nos cuenta tiene un cierto tufillo anticuado (la guerra nuclear, los rusos...), el conjunto se disfruta bastante. Creo que si esta película fracasa en taquilla se va a deber a los prejuicios acumulados de las anteriores películas (sobre todo la segunda) y al cansancio que todos tenemos de Tom Cruise, porque Mission: Impossible: Ghost Protocol es un notable film de acción. Por eso recomiendo ir a verla con la mente abierta y sin ideas preconcebidas. Creedme, la disfrutareis más.
Habrá que seguir de cerca la carrera de Brad Bird, un director que ha saltado de la animación a la imagen real con buenos resultados, fabricando un vehículo para el lucimiento de Cruise pero que no defrauda a la hora de ofrecer entretenimiento y buenas dosis de acción. Su próximo proyecto se llama 1906, una película sobre el terremoto de San Francisco de principios del siglo pasado. Creo que Bird está más que cualificado para dirigir cualquier adaptación de un cómic de acción a la gran pantalla, y no me extrañaría que más pronto que tarde lo viéramos ligado a algún proyecto de Marvel o DC.
CRUISE Y SU TOTAL FALTA DE QUÍMICA CON LA TREMENDA PAULA PATTON |
Los personajes estereotipados son, a la vez, lo mejor y lo peor de esta película. Desde el minuto uno ya sabemos quiénes son lo que dicen ser y de quiénes podemos esperarnos alguna sorpresa, buena o mala. No vamos a encontrarnos en Mission: Impossible 4 personajes profundos o de tonos grises, tan solo los estereotipos típicos del cine de acción de toda la vida. Y ello, que podría ser un lastre para la película, se convierte en todo lo contrario, pues Bird se deshace de cualquier adorno dejando a los personajes de su película como meros figurantes que se dejan arrastrar por el torrente de acción que se desarrolla ante nuestros ojos.
Entre las impactantes escenas de acción se incluyen las que son casi una marca de la franquicia: Tom Cruise escalando algo, ya sea un edificio o una montaña, y a uno de los protagonistas descolgándose de manera espectacular desde algún lugar elevado. Parece como si a los guionistas de esta saga se les exigiera introducir este tipo de escenas en todas las películas, algo parecido a lo que hacen con los mensajes de las misiones que se auto-destruyen, solo que esto último sí aparecía en la serie original creada por Bruce Geller.
LÉA SEYDOUX ES SABINE: CON ESTA CARA LE VAN A LLOVER LOS PAPELES DE VILLANA |
¿Recomiendo ir a ver Mission: Impossible-Protocolo Fantasma? Sí, a pesar de Tom Cruise. No es que sea tan mal actor, pero no parece aceptar que debe dedicarse a interpretar otro tipo de papeles alejados del típico héroe de acción. Pero mientras él sea uno de los productores del film creo que se reservará el papel protagonista en las hipotéticas próximas películas de la saga, así que tendremos Cruise haciendo de Ethan Hunt para rato. Los 133 minutos que dura la película no se hacen pesados en ningún momento y, aunque la historia que se nos cuenta tiene un cierto tufillo anticuado (la guerra nuclear, los rusos...), el conjunto se disfruta bastante. Creo que si esta película fracasa en taquilla se va a deber a los prejuicios acumulados de las anteriores películas (sobre todo la segunda) y al cansancio que todos tenemos de Tom Cruise, porque Mission: Impossible: Ghost Protocol es un notable film de acción. Por eso recomiendo ir a verla con la mente abierta y sin ideas preconcebidas. Creedme, la disfrutareis más.
LA ESCENITA SIN CAMISA SE LA PODRÍA HABER AHORRADO...Y NOSOTROS TAMBIÉN |
Habrá que seguir de cerca la carrera de Brad Bird, un director que ha saltado de la animación a la imagen real con buenos resultados, fabricando un vehículo para el lucimiento de Cruise pero que no defrauda a la hora de ofrecer entretenimiento y buenas dosis de acción. Su próximo proyecto se llama 1906, una película sobre el terremoto de San Francisco de principios del siglo pasado. Creo que Bird está más que cualificado para dirigir cualquier adaptación de un cómic de acción a la gran pantalla, y no me extrañaría que más pronto que tarde lo viéramos ligado a algún proyecto de Marvel o DC.
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