PERSON OF INTEREST: LA CRÍTICA

Emocionados con poder ver en apenas dos semanas desde su estreno en la CBS esta nueva serie, nos plantamos delante del i-plus a ver en Calle13 HD Person of Interest. Sabíamos que la serie estaba escrita, entre otros, por Jonathan Nolan, el hermanísimo, y producida nada menos que por J.J. Abrams (Perdidos, Star Trek), lo cual ya hacía
aumentar la expectación ante su estreno. Pero ¿de qué trata esta serie para ser de tanto "interés"?

La trama es la siguiente: un millonario y genio de la informática, Mr Finch (Michael Emerson, Perdidos), descubre un software que a través de los números de la seguridad social es capaz de predecir qué persona va a verse envuelta en un crimen. Se ve que si no te das de alta nunca, no te pasa nada. Lo que ocurre con el programa es que no te dice qué le pasa, o cuál es la implicación de la persona. Este informático, harto de ser ignorado por el gobierno y de ver cómo acierta,  contrata a un ex-agente de la CIA, John Reese (James Caviezel) para  que le ayude. Este agente es dado por muerto por la CIA pero, ¡oh sorpresa! , vive en las calles como un vagabundo alcoholizado desde que se nos da a entender asesinaron a su novia. Al principio, el hombre se niega a colaborar hasta que al final le convencen...¿Os suena?

CON ESTE ASPECTO, SÓLO PUEDO SER UN HÉROE
DE LA INFORMÁTICA

La relación con su novia era absolutamente idílica, escenas al lado del mar, en la cama todo el tiempo...El agente de la CIA es de los que solito se cargan a diez malos en un santiamén. Las escenas de los dos protagonistas hablando por el parque, el millonario bueno buenísimo obsesionado por evitar crímenes con pinta de ratón de biblioteca, giro de guión anda-mira-el-bueno-era-de-los-malos-mira-tu-por-donde...Nada nuevo bajo el sol.

Se podría pensar que el hecho de que apareciera ese programa informático maravilloso y la producción de J.J. Abrams daría a esta serie un toque original y fantástico. En absoluto. Quizás es culpa nuestra por asociar a ese productor automáticamente a la ciencia ficción, cuando está en su derecho de producir si quiere una telenovela venezolana. De lo que sí podemos quejarnos es de que nos cuenten algo tan infinitamente visto y que aparezcan tantos tópicos desde el comienzo al final.

LA TÍPICA POLICÍA QUE PERSIGUE AL HÉROE PERO QUE EN EL FONDO LE CAE BIEN

¿Podemos decir que es mala? No lo es, sencillamente es una serie de procedimiento más, intercambiable con Ley y Orden, CSI o Mentes Criminales, episodios que empiezan y acaban, y lo mismo te da ver el episodio 1, luego el 4 y despues el 10, el caso empieza y termina en cada capítulo. Si hay un breve enlace argumental entre ellos, se averigua rápido en cada episodio. Es un formato que tiene sus ventajas, y más sabiendo que el canal que lo emite es en abierto. También eso ha limitado mucho el tono de la serie, con personajes que se adivinan unidimensionales y tramas sencillitas.

Rodada está bien rodada, eso es innegable, pero se da por sentado en cualquier serie de hoy dia. El casting es bueno y a James Caviezel no le vas a dar una telecomedia, como hombre atormentado pero buena persona lo clava sin tener que actuar. Los diálogos son en mi opinión flojos y poco creíbles, al igual los personajes y sus circunstancias. Jonathan Nolan se ha ganado un capón de su hermano mayor, tiene todavía mucho que aprender. Se nota lo joven que es este chico y que la oportunidad le ha venido gracias a su parentesco más que a méritos propios.

¿QUE HAY DE LO MIO?

Si os gustan las series procedimentales, dadle igualmente una oportunidad, en ese caso os puede gustar. De hecho, el piloto gustó mucho en USA y está teniendo buena audiencia en su estreno, aunque pierde un millón en cada episodio, quizás se estabilice. A mi es que no me interesan las series en las que el único tema de conversación es el caso que tienen entre manos y se van turnando las frases de uno en uno. No me las creo y la temática tampoco es de mis favoritas. Sólo he podido ver el primer episodio, veré alguno más por si tuviera que corregir la crítica, pero difícilmente traerá alguna sorpresa. Nunca mejor dicho.