Criticar Conan el Bárbaro es para mi bastante complicado. Reconozco que llevo casi una hora delante del teclado y no soy capaz de plasmar negro sobre blanco las ideas que se me pasan por la cabeza. Quizás se deba a que he ido a ver la película de Marcus Nispel cargado de prejuicios, muy influido por los anteriores films, las novelas de Robert E. Howard y los cómics que he leído a lo largo de mi vida. Mi
colaborador, Silver Draper, salió bastante contento y entusiasmado de la sala de proyección y yo casi me sentía mal porque no podíamos compartir ese sentimiento.
colaborador, Silver Draper, salió bastante contento y entusiasmado de la sala de proyección y yo casi me sentía mal porque no podíamos compartir ese sentimiento.
Conan el Bárbaro es una película que aspira a ser el blockbuster del verano. Prometía en sus trailers sangre, cabezas cercenadas, tímidos desnudos y acción, mucha acción. Y no mentían. La película comienza con sangre y termina con sangre, lo cual es coherente con la salvaje era Hyboria donde transcurre la historia. Nispel no escatima en retratar las salvajadas cometidas tanto por Conan como por sus adversarios, salpimentado aquí y allá por bellas odaliscas que enseñan bastante centímetros de sus pieles. El director intenta crear una atmósfera exótica imitando una estética a veces deudora de El Señor de los Anillos. Porque visualmente Conan el Bárbaro se halla más cerca de la trilogía de Peter Jackson que de 300, de Snyder. Y ahí, para mi gusto, falla.
El sentido de la épica de films como 300 o Gladiator no está presente en el film de Nispel. Conan no es una mala película y dudo que las críticas tan adversas que han aflorado por la red estén completamente fundamentadas. Pero ¿qué mas falla en Conan el Bárbaro? Aparte de no emocionarnos y hacer que no sintamos la menor empatía con los personajes, Nispel ha dirigido un film donde prima la acción...pero donde no la vemos por ningún lado. Me explico. La coreografía de las escenas de lucha deja bastante que desear; no he sido capaz muchas veces a lo largo del film de distinguir apenas nada en las peleas ni en las batallas. Nispel, eso sí, se recrea en los salpicones de sangre y en las cabezas aplastadas.
Aludiendo a la película de John Milius, si preguntáramos a Marcus Nispel qué es lo mejor en la vida, nos respondería que cortar y aplastar cabezas de los enemigos, como aquel Arnold hipertrofiado. Sin embargo, Marcus, eso no es lo mejor de la vida, ni de tu película tampoco. El film que acabo de ver es sólo lo que pretende ser: una película veraniega medianamente entretenida sin muchas aspiraciones a convertirse en franquicia.
No todo es gris y desvaído en este reboot del personaje de Howard. El casting es bastante correcto, con un Stephen Lang (Avatar) interpretando al malo de turno y una Rose McGowan (Planet Terror) en un papel de bruja a su medida. Por fin ha conseguido McGowan aparecer en una película sobre el bárbaro cimmerio, tras el cancelado proyecto de Red Sonja, otro personaje de Howard, en el que estuvo envuelta largo tiempo. La chica a la que Conan debe salvar esta vez es Rachel Nichols (Mentes Criminales) que cumple su papel perfectamente. Mis reservas sobre el actor escogido para interpretar al cimmerio, Jason Momoa, se esfumaron al verlo en la serie Juego de Tronos. Su interpretación del personaje es acertada encarnando a un Conan ni demasiado hablador ni taciturno en exceso, aunque se nota la debilidad del guión por la ausencia de diálogos brillantes, cosa que en la película de Milius no ocurría.
ROSE MCGOWAN COMO LA BRUJA MARIQUE |
No voy a entrar en la polémica de si Momoa encarna al Conan de Frazetta, al de Buscema o al de Barry Smith, físicamente hablando. Sinceramente, eso es secundario porque estamos hablando de un film, no de un cómic ni de una novela, por lo que las comparaciones sobran. Es una reinterpretación y una adaptación del personaje a otro medio, que puede ser más o menos acertada.
Como dije más arriba, el guión es flojo, con diálogos escasos y muy tópicos, sin conversaciones memorables. Los tres guionistas han cocinado una historia que recuerda enormemente al guión que John Milius y Oliver Stone escribieron para el film del 82, demasiado quizás: un Conan niño ve como su pueblo y familia son masacrados por un villano que busca un antiguo y poderoso artefacto; el niño crece y se convierte en un ladrón y aventurero que, casualmente da con el asesino de su tribu, el cual se ha convertido en un poderoso señor de la guerra con un tremendo ejército; Conan se infiltra en su guarida y lucha contra una especie de serpiente monstruosa para, al final, rescatar a la chica. Puede parecer que os he hecho un spoiler de la película de Nispel pero lo que he hecho es contar muy resumido los argumentos de ambas películas.
STEPHEN LANG ES KHALAR ZYM |
No quiero extenderme más con esta crítica pues creo que he dejado claro qué me ha parecido esta nueva versión del bárbaro cimmerio. No se si veremos una segunda parte de este filme pues parece haber sido construido para ser amor de un solo verano. Que conste que amo al personaje, quizás por eso no debáis tener en cuenta la crítica que acabáis de leer, pues no he sido lo objetivo que debería haber sido. Pero si lo que buscáis es pasar una tarde divertida viendo cómo Conan cabalga de nuevo y aplasta las cabezas de sus enemigos, ésta es vuestra película.
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