De Superman pensaba lo que la mayoría: un personaje unidimensional cuyas historias no habían despertado demasiado interés en mí. Sin embargo, me recomendaron Superman: Hijo Rojo, de Mark Millar y dibujos de Dave Johnson y Killian Plunkett. Comencemos con el apartado gráfico. El dibujo resulta correcto, sin el feísmo que abunda últimamente. Los fondos son poco detallados, centrándose más en definir los personajes. La gama de colores utilizada es neutra, desvaída, reflejando perfectamente los tonos grises que envolvían las imágenes que nos llegaban de la antigua Unión Soviética.
Pero lo que en realidad engancha de este cómic es su historia, un elseworlds, un “otros mundos”, en el que se plantea la idea de un Superman criado en Ucrania bajo la doctrina comunista de los años posteriores a la II Guerra Mundial. Lo primero que llama la atención es que la familia adoptiva de Kal-El no tiene relevancia ninguna para Millar: ¿tan malos eran los comunistas soviéticos que no querían ni a sus hijos? ¿O Millar ha pasado de complicar la historia presentándonos al equivalente ucraniano de Martha y Jonathan Kent? Aquí la figura paterna la ejerce el mismísimo Stalin, que nombra como sucesor a Superman.
Pero lo que en realidad engancha de este cómic es su historia, un elseworlds, un “otros mundos”, en el que se plantea la idea de un Superman criado en Ucrania bajo la doctrina comunista de los años posteriores a la II Guerra Mundial. Lo primero que llama la atención es que la familia adoptiva de Kal-El no tiene relevancia ninguna para Millar: ¿tan malos eran los comunistas soviéticos que no querían ni a sus hijos? ¿O Millar ha pasado de complicar la historia presentándonos al equivalente ucraniano de Martha y Jonathan Kent? Aquí la figura paterna la ejerce el mismísimo Stalin, que nombra como sucesor a Superman.
El cómic dista mucho de ser un panfleto anticomunista, a pesar de lo que pudiera parecer a priori. El argumento principal consiste en que Superman utiliza todos sus poderes para intentar acabar con el sufrimiento en la Tierra, pero a diferencia de sus métodos habituales usará el control total de todos los aspectos de la vida de la gente, ofreciendo seguridad a cambio de libertad. Como contrapunto a este régimen que se extiende por todo el mundo, no sólo sobre la U.R.S.S., permanece como faro de la libertad, adivinen, los U.S.A., con Lex Luthor como cabeza (calva) visible contra el régimen de Superman.
En este cómic Luthor está increíble e inexplicablemente casado con Lois Lane, que mantiene el carácter propio al que estamos acostumbrados a ver en ella. Si tenemos en cuenta que Luthor la ignora abiertamente y mantiene su personalidad psicopática contra Superman, no se entiende tan absurdo matrimonio. La relación de Lois con el Superman Rojo no pasa de meras fantasías y un fugaz encuentro en un rescate. Superman aparece aún más asexuado en esta historia de lo habitual, sin percatarse de los anhelos de Wonder Woman por él, la cual se lo llevaría con gusto a su reino de las amazonas.
Aparecen muchos personajes del Universo DC, demasiados, obviamente alterados para esta historia. Hay tantas apariciones de héroes y villanos que da la impresión que el autor intentaba cubrir una cuota, autoimpuesta u obligada por otros. Recordemos la maestría de Kurt Busiek y su Superman: Identidad Secreta al no abusar de demasiados personajes de la DC y centrarse en lo que realmente era relevante para lo que quería contar.
Mención aparte merece la aparición de Batman, que aquí es un vulgar terrorista en contra del régimen totalitario que pretende imponer la felicidad. Como nos temíamos, ni en este elseworlds se libra del estigma del asesinato de sus progenitores, que aquí, para variar, son pobres. Como ya hiciera Frank Miller, aquí se utiliza a Bruce Wayne como némesis perfecta al totalitarismo implantado por Superman. Sin embargo, el resultado dista mucho de la obra The Dark Knight Returns, no consiguiendo Millar transmitirnos el espíritu del Guardián de Gotham. Es algo parecido a lo que está perpetrando Grant Morrison con su Batman Inc., despojando de todos sus atributos clásicos al personaje de Batman. Hace falta mucho más que un murciélago en el pecho para que estemos hablando de Batman.
A lo largo de cientos de años se va perpetuando la confrontación que mantienen Superman y Luthor hasta que, por fin, se llega al desenlace final, muy original, eso sí. No hay que estar iniciado en el universo de Superman para entender y disfrutar plenamente este cómic. Este tipo de historias se prestan muy frecuentemente a que los autores tomen partido descaradamente por el modo de vida americano, cosa que Millar evita con mayor o menor fortuna. Recomiendo la lectura de Superman: Hijo Rojo por su original planteamiento, demostrándose así que no todas las historias sobre el kriptoniano son planas y carentes de interés, a pesar que su propia personalidad no se desarrolle lo suficiente. En una escala de diez, este cómic tendría un siete, muy por encima de lo que creo que actualmente se está haciendo con el personaje, salvo excepciones.
SUPERMAN: HIJO ROJO
ECC Ediciones
Edición original: Superman: Red Son
Guión: Mark Millar
Dibujo: Dave Johnson, Kilian Plunkett
Rústica, 168 págs. a color
Precio: 15,50 €
SUPERMAN: HIJO ROJO
ECC Ediciones
Edición original: Superman: Red Son
Guión: Mark Millar
Dibujo: Dave Johnson, Kilian Plunkett
Rústica, 168 págs. a color
Precio: 15,50 €
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